Presidenta con la abstención del PP

Jaime Miquel
Jaime Miquel LÍNEA ABIERTA ANALISTA ELECTORAL

OPINIÓN

30 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El lector recordará la victoria de Alberto Núñez Feijoo, en las elecciones a la Xunta de Galicia del año 2012. En el PP consideraron extrapolables esas elecciones y refrendaban, inequívocamente, las políticas del presidente Rajoy, aunque ya hubiera perdido cantidades ingentes de sus votantes. Si buscamos declaraciones en YouTube, seguro que nos encontramos al portavoz Carlos Floriano asegurando esto, aunque ahora explique que las elecciones de Andalucía no son extrapolables.

En realidad, todas las elecciones que se celebran nos informan sobre algo concreto al tiempo que general, como el cuadro de transferencias del PP hacia Ciudadanos y, en menor medida, hacia Podemos, además de la desmovilización de una parte importante de sus votantes del año 2011, que hemos observado en Andalucía. Esto sí que es extrapolable, lo mismo que se puede descontar la absorción del electorado de UPyD, por parte de Ciudadanos, como efecto inmediato de los resultados de Andalucía, u otras observaciones.

En el PSOE consideran extrapolables a España los resultados andaluces, tal cual, y les parecen suficientes. En esta exageración, Pedro Sánchez ya gana las elecciones generales y aparecerá alguna encuesta sugiriéndolo, cuando Susana Díaz es a Pedro Sánchez lo que Feijoo a Rajoy. Lo inaudito, por miope, dogmático y torpe, o interesado y falso, es considerar que aquí no ha pasado nada, cuando Podemos y Ciudadanos han quebrado en la cocina del bipartidismo el sistema de representación preexistente, han hecho añicos las cautelas respecto a terceros y han formalizado en las urnas un ciclo, pluripartidista e iniciado antes de que los gallegos votaran en el año 2012.

El PP se va a encontrar con la fragmentación del sistema y su hecatombe territorial en el mes de mayo, pero el PSOE es tercero en España y está distanciado de los dos primeros. La actualidad política pasará, lo viejo seguirá siéndolo y también lo nuevo, situado enfrente de todo, que es un lugar tan teórico como la independencia de Cataluña para ERC, pero que sirve para forzar la gran coalición y arrinconar al bipartidismo en el siglo XX con su cultura política posfranquista. Como sucedió con Patxi López en el País Vasco, aunque de otra forma, Susana Díaz será investida por el PP, y esto tiene que suceder en vísperas de las elecciones municipales.

Resultó insólita la resistencia de unos y otros a asumir la evidencia, concluyendo que no era para tanto, porque subraya su incompetencia electoral y nos explica que forman parte del problema. Su inteligencia le da vergüenza ajena a la generación más joven, que sabe lo que está sucediendo o que las elecciones las ganan quienes ganan los votos, y las pierden quienes los pierden. Lo cierto es que Podemos y Ciudadanos han ganado en Andalucía, mientras que el PSOE y el PP han perdido y están obligados a reunirse en vísperas de las elecciones municipales. Gobernará el PSOE con la abstención del PP, esta es la situación, salvo que le convenga otra a quienes han ganado.