Una hora menos

Luís Pousa Rodríguez
Luís Pousa FARRAPOS DE GAITA

OPINIÓN

29 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Entre las dos y las tres de la madrugada de hoy, 29 de marzo del 2015, un William Faulkner escribiendo a ráfagas, como las ametralladoras, podría haber terminado Mientras agonizo. Un Albert Einstein insomne en la oficina de patentes de Berna podría haber descubierto la teoría de la relatividad. Pero nada de eso ha sucedido, y no solo porque ahora no abunden los Faulkner o los Einstein, sino porque esos 3.600 segundos que iban entre las dos y las tres de la mañana han sido robados del reloj por orden ministerial. Ya sé que solo es un préstamo -como el rescate bancario-, que nos devolverán esos sesenta minutos en otoño, después de haberlos exprimido en algún fondo buitre de inversión, y que desde el momento en que el asaltante del vagón de los lingotes no es un forajido embozado, sino el maquinista que lleva la locomotora, deberíamos estar acostumbrados a que nos metan la mano en el bolsillo, pero esto de sacarnos el tiempo de la boca tal vez sea ya una humillación innecesaria.