De repente

OPINIÓN

28 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Estamos en la era de la información, de eso no cabe la menor duda. De una información que de repente nos acosa con un determinado asunto y, también de repente, entra en el silencio más profundo sobre ese mismo tema. En ambos casos, sin saber muy bien ni cómo ni por qué. En los últimos meses lo hemos visto con cuestiones bien enjundiosas y de amplio calado: el ébola, la tragedia aérea de los Alpes, el atentado contra la revista francesa Charlie Hebdo, el tráfico internacional de órganos, la Comisión Galega de Bioética. Los ejemplos son muchísimos más. Internet y las redes sociales multiplican en cuestión de minutos esa información. Pero ¿más es sinónimo de mejor? Tanto ajetreo informativo ¿es saludable? Es bueno pensar en ello.

Para empezar, les recomiendo dos libros, ambos de Nicholas Carr: Superficiales y Atrapados. Pero, como todas las grandes tareas, requiere calma, concentración y altas dosis de humildad. No tengo claro que dichos ingredientes abunden hoy en día en nuestras sociedades. Los malos hábitos arraigan en nuestras vidas con más facilidad que los buenos. Es difícil resistirse a la seducción del frenesí informativo, esa es la verdad. Tal vez nos ayude a emprender esa tarea el plantearnos este ejercicio radical: Si solo me quedara un día de vida, un día nada más, ¿en qué lo emplearía? A lo mejor la respuesta nos sirve para encontrar lo esencial de la vida, para saborearla como un buen vino.