Podemos, el «régimen del 78» y el venezolano

Roberto Blanco Valdés
Roberto L. Blanco Valdés EL OJO PÚBLICO

OPINIÓN

27 feb 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

La rueda de prensa de Monedero, hace una semana, supuestamente para dar explicaciones del escándalo de su ya célebre contrato de asesoría a los Gobiernos de Sudamérica herederos del chavismo, constituyó una vergüenza por dos motivos diferentes.

Sobre el primero -la cara dura que supone plantarse ante docenas de periodistas con la disculpa de dar luz sobre un asunto del que luego no se aclara absolutamente nada- han ya expresado su opinión otros columnistas, Fernando Ónega entre ellos, quien escribió aquí un excelente artículo al respecto.

Pero Monedero no se limitó a echar balones fuera sin dar ni un solo dato adicional a los claramente acusatorios contra él que ya se conocían, sino que, además, fiel a sí mismo, no resistió la tentación de sacudir estopa a eso que en Podemos han dado en llamar el «régimen del 78», responsable según su numero tres y restantes compañeros de partido no solo de todos nuestros males pasados y presentes sino también del acoso al que, según ellos, Podemos viviría sometido, acoso que -¡dato llamativo!-, no le ha impedido ser la fuerza que, sin ninguna representación institucional dentro de España, se ha convertido en la salsa de todos nuestros guisos: es decir, de todos los debates, tertulias y portadas.

No contento Monedero con tirar a discreción contra el «régimen del 78» que tantos quebrantos le habría causado a España según las insostenibles teorías de Podemos, el número tres de ese partido se negó en redondo, no una vez, sino varias, a condenar los constantes ataques a los derechos fundamentales y libertades públicas que aumentan sin parar en la Venezuela de Maduro. De hecho, el mismo día que Monedero hablaba para no decir nada ante la prensa, en Venezuela era detenido el opositor alcalde de Caracas, en un acto de gravísima vulneración de las libertades más elementales.

O sea, y para entendernos, que a Monedero y a Podemos les parece horrible el «régimen del 78», que devolvió la democracia a España tras una larga dictadura, estableció un Estado autonómico que es de hecho federal, aseguró un abanico de libertades y derechos sin parangón en nuestra historia y estableció un Estado de bienestar que no solo es el más amplio que hemos tenido nunca, sino que resulta equiparable (y mejor, en sanidad por ejemplo) al de otras democracias avanzadas; y, en contraste, les encanta la Venezuela de Maduro, donde no hay separación de poderes, los derechos son vulnerados a diario (incluida la muerte de un joven en una manifestación el pasado martes), el autoritarismo crece a ojos vista y la población ha de hacer colas de horas para, por ejemplo, comprar ¡papel higiénico!

¿Y con esas impresentables credenciales quiere Podemos gobernar España? Solo pensarlo da pavor. Como lo da que se consiga engañar, de una forma tan burda, a tanta gente.