La Voz de Galicia del pasado miércoles publicó el artículo «Ya basta de criticar al AVE gallego», firmado por José Blanco López, a la sazón exministro de Fomento, a la sazón eurodiputado del Grupo Socialista.
En dicho artículo el señor Blanco se vanagloria de haber sido el artífice de la llegada del AVE a Galicia, como si ya hubiera llegado, de haber bregado contra los vientos y mareas del PP, UPyD y CiU, de haber conseguido una inversión histórica en tal infraestructura y se molesta con las continuas y recientes críticas del grupo catalán y de Podemos ante este proyecto que él asume como triunfo personal. Incluso recomienda al partido gobernante no precipitarse en la ejecución de la obra por cuestiones electorales.
Se olvida, flaca memoria, de que él adelantó la inauguración del tramo Ourense-Santiago para hacerlo coincidir con las elecciones del 2011, se olvida de que sus prisas modificaron el proyecto original, disminuyendo las medidas de seguridad de la vía, se olvida de todos los informes periciales que lo atestiguan, se olvida de que su grupo parlamentario se ha negado reiteradamente a abrir una comisión de investigación sobre la descomunal tragedia de Angrois y de que nadie ha asumido responsabilidades políticas.
Si presume de haber sido el gran gestor del AVE gallego, debería preguntarse si hizo todo lo que estaba en su mano, no solo para que el tren llegara, sino para que llegara cumpliendo todas las normativas, como ahora se atreve a recomendar. En todo caso, es sorprendente su autocomplacencia y su falta de memoria.
Isidoro Castaño es un vecino de Angrois.