¿Se equivocó Pedro Sánchez al firmar un pacto con Mariano Rajoy? Hay bastantes voces que piensan que sí, que ha sido su último error. Son básicamente testimonios de izquierda, encabezados por Cayo Lara. Son los criterios de quienes piensan que al Partido Popular no se le debe dar ni agua, para que todo lo legislado en este país sea una alevosa imposición de la derecha. Y son las opiniones de quienes piensan honestamente que no se puede rechazar la prisión permanente revisable (cadena perpetua en la interpretación laxa) y aceptarla después en un acuerdo contra el terrorismo yihadista.
A este cronista le parece que es lo mejor que hizo Pedro Sánchez, no solo al firmar el pacto, sino al proponerlo. No es mejor ni peor que el que Zapatero firmó con Javier Arenas, con Aznar como garante, como si fuese un jefe de Estado bis. Es, como aquel pacto, algo que se recordará en el futuro por su contribución al entendimiento político. Y es, como dijo Felipe González, un ejercicio de responsabilidad.
¿Qué hubiera sido lo más fácil y lo más rentable para Pedro Sánchez? Atrincherarse en su oposición a la cadena perpetua y decir que por ahí no pasa: habría recibido grandes elogios de parte de sus bases, de Izquierda Unida y de Amaiur. Sería aplaudido desde algunas tertulias y columnas de periódico. A lo mejor incluso conseguía algunos votos. ¿Y qué más? Nada más, porque Rajoy podría aprobar con su mayoría absoluta las medidas que el pacto prevé, no renunciaría a la prisión permanente y se trasladaría a la sociedad la penosa impresión de que ni la amenaza terrorista es capaz de poner de acuerdo a los dos partidos hasta ahora llamados a gobernar el país. Sería, por tanto, un ejercicio populista, pero inútil y probablemente perjudicial para la imagen de toda la clase política.
Lo único lamentable de la gestión del pacto es que no se haya invitado a las demás fuerzas políticas. «Sería mucho más difícil el acuerdo», dijo el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz en un ejercicio de sinceridad, y es evidente que tiene razón. Yo digo más: el acuerdo hubiera sido imposible. Y añado: para una vez que los principales partidos se entienden en algo, celebrémoslo.
¿Es inconstitucional la prisión permanente? El Tribunal Constitucional lo dirá. ¿Se bajó los pantalones Pedro Sánchez? No; sencillamente se somete a la legislación que estará vigente mientras gobierne el PP y después la cambiará. Si a su vez el PP se compromete a salvar el pacto aunque los socialistas cambien el Código Penal, me parece que ambos han sabido renunciar a algo. Eso merece un elogio. Lo que pasa es que en este país hay gente que ya entiende la política como Podemos y entiende la oposición solo como un juego de derribo del poder.