La «guerra» de Podemos

Fernando Ónega
Fernando Ónega DESDE LA CORTE

OPINIÓN

31 ene 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Juan Carlos Monedero, uno de los líderes de Podemos y quizá el rostro más duro de la nueva casta, apareció en público. En público limitado, hay que decir, porque se trataba de un mitin con los suyos en la localidad de Leganés. Entró al encuentro rodeado de una especie de cuerpo de seguridad que lo protegía de los periodistas. Después salió por la puerta trasera y estuvo bien Albert Rivera, de Ciudadanos: para salir a escondidas por la puerta trasera del Senado, ya teníamos a Rajoy, que es una buena denuncia de cómo todos terminan haciendo lo mismo, aunque levanten el puño. Y en medio de su encendido discurso, Monedero se puso chulo, desafió a Montoro diciendo que no le tiene miedo (no le conoce) y alertó a su parroquia: les han declarado la guerra.

¿Quién ha declarado esa guerra? Se supone que la casta, es decir, los partidos socialista y popular. A ellos hay que añadir, según Errejón, los medios informativos. Se puede interpretar que, imitando al franquismo, los líderes de Podemos también han encontrado su contubernio judeomasónico. O, como el felipismo de Felipe González, un sindicato del crimen que quiere derribar su Gobierno. O, como cuando Zapatero ganó la primera vez, una conspiración en toda regla. Podemos también ha encontrado su enemigo interior para disimular sus ostentosas debilidades éticas, atribuirlas a la maldad del adversario, aglutinar a sus seguidores y darles moral de combate frente al asedio de tantos y poderosos enemigos.

Nada nuevo bajo el sol. Lo único diferente es el uso de la palabra guerra, que hasta ahora no era habitual en el lenguaje político. Los dirigentes de Podemos, nuevos en el escenario, le han perdido miedo al concepto y lo utilizan con desparpajo. La verdad es que fueron ellos los primeros que hicieron una declaración bélica, al descalificar el régimen nacido de la Constitución del 78 y al proponerse desalojar a sus artífices. Hoy mismo lo repetirán en la demostración de poderío que piensan hacer en el centro de Madrid y que entienden como el paso definitivo para «conquistar el cielo».

Lo que ocurre es que a Errejón, a Monedero y al caballo de Troya que tienen para destruir Izquierda Unida (Tania Sánchez) nadie los quiere destrozar. Se trata únicamente de que cumplan la ley y de sancionarlos si no la cumplen. Sobre todo, en el caso de Monedero. Hay miles de españoles investigados y duramente sancionados por Hacienda por hacer lo que él hizo: camuflar los ingresos personales en una sociedad patrimonial. Y, si el fraude supera los 120.000 euros al año, se incurre en delito fiscal. Esa es toda la «guerra». Si hay algo más, que seguro que lo hay, entiéndase como legítimo derecho de defensa. ¿De la casta? Por supuesto.