Julio, Aurora, Paco

Luís Pousa Rodríguez
Luís Pousa FARRAPOS DE GAITA

OPINIÓN

21 dic 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

El azar, esa tinta con la que Cortázar dibujaba el tuétano de sus relatos, puso a dos gallegos de Argentina -o viceversa, qué más da- a jugar con el escritor. A armar y desarmar sus artilugios literarios. Se llamaban Aurora Bernárdez (traductora maravillosa, esposa y albacea del autor) y Paco Porrúa, el editor que tuvo las agallas de publicar Rayuela. En noviembre, empujando con el pie, casilla a casilla, su piedrecita por la mariola, Aurora Bernárdez se largó al otro cielo. Al de los cronopios. Y ahora, solo un mes y pico después, se va Paco Porrúa, el sabio que encendió las luces largas de la edición para sacar del cajón Cien años de soledad, Crónicas marcianas o El señor de los anillos. Eligió Barcelona para irse con ellos al lado de allá.

Contaba Porrúa que cuando Cortázar le entregó el original de Rayuela, lo puso en sus manos con una frase tajante: «Este libro tiene solo un lector: Aurora». Su Maga.