El trasfondo de las pruebas de resistencia

Manuel Lago
Manuel Lago EN CONSTRUCCIÓN

OPINIÓN

31 oct 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

El ruido de la fiesta de celebración de los resultados de las pruebas de resistencia que el BCE ha practicado sobre el sistema bancario de la eurozona no debe silenciar algunas aristas muy relevantes del proceso de saneamiento. La primera es que en el conjunto de Europa los Estados se han visto forzados a aportar más de 600.000 millones de euros -72.000 de ellos solo en España- en ayudas directas para sostener un sistema que se desmoronaba.

Es una cifra descomunal a la que, además, hay que añadir las ingentes ayudas indirectas, como por ejemplo el billón de euros que el BCE le prestó a los bancos al 1 % de interés y que estos destinaron en su mayor parte a la compra de deuda púbica, que en los momentos de mayor tensión llegó a tener una rentabilidad superior al 6 % en los bonos a diez años de España o Italia.

Este diferencial de 5 puntos llevado al extremo -todo invertido en deuda soberana a ese tipo- supondría una transferencia directa de 50.000 millones de euros cada año a los beneficios de los bancos. Con esta montaña de dinero público lo extraño sería que el sector no tuviera sus balances saneados.

La segunda reflexión parte de esta idea. Es posible que esta vez el BCE haya hecho bien su trabajo, no como las dos veces anteriores, y que efectivamente la banca europea esté ahora saneada. Pero esto no significa que lo vaya a estar de forma indefinida. El elemento central en la salud patrimonial de un banco es que sus clientes, las empresas y las familias le devuelvan sus préstamos y por eso la calidad de su balance está directamente vinculada a la evolución de la economía real.

Si Europa recae en su tercera recesión, si vuelven a cerrar miles de empresas y si millones de personas pierden su empleo y no pueden pagar su hipoteca, el sistema financiero volverá a entrar en pérdidas y su solvencia actual se diluirá en nuevos agujeros patrimoniales. La tercera reflexión es española. De las tres entidades que encabezan el ránking de solvencia, dos son antiguas cajas de ahorro, la Kutxabank y la Caixa, lo que viene a demostrar la falsedad del interesado discurso que culpabilizó a este tipo de entidades de la crisis financiera. Ahora queda claro que no fue el modelo de cajas de ahorro lo que fracasó, sino todo lo contrario: fracasaron las cajas que quisieron ser bancos, las que rompieron con su carácter social y su vinculación territorial, las que estaban dirigidas de forma personalista por incompetentes demostrados y presuntos corruptos.

La última es para el Gobierno, los Gobiernos en realidad. En Holanda el Estado no solo ha recuperado todo el dinero público utilizado para sanear sus bancos, sino que va a obtener un beneficio de 6.000 millones de euros cuando termine el proceso de recuperación de las ayudas. En España ya hemos perdido más de 10.000 millones de euros gastados en sanear entidades, que después han sido malvendidas de forma prematura, antes de que volvieran a recuperar el valor que en realidad tienen, como es el caso de las antiguas cajas gallegas. Qué formas tan diferentes de gestionar una crisis.