De mentes superficiales

César Casal González
César Casal CORAZONADAS

OPINIÓN

29 oct 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

No es solo un juego de palabras. Es lo que dice Nicholas Carr en su libro sobre cómo Internet y sus páginas más usadas nos están haciendo puré la mente y nos están convirtiendo (pervirtiendo) en seres desinformados de tan informados que estamos. Según Carr, la ciencia habla claro en ese sentido: «La habilidad de concentrarse en una sola cosa es clave en la memoria a largo plazo, en el pensamiento crítico y conceptual, y en muchas formas de creatividad. Incluso las emociones y la empatía precisan de tiempo para ser procesadas. Si no invertimos ese tiempo, nos deshumanizamos cada vez más». Él dice que lo suyo no es un manual de autoayuda. Solo alerta. Tenemos toda la libertad de elegir si queremos seguir deshumanizándonos y uniformándonos (bebemos de las mismas aplicaciones). Contra Carr, expertos han dicho que no hay tal peligro. Que en realidad Internet es una vuelta a lo natural. Que lo natural en el ser humano ha sido estar alerta. Que fue al revés. Que el hombre tuvo que adaptarse a Gutenberg y las largas lecturas. Que lo natural es la multitarea. El debate es fascinante. Carr propone frente a esa supuesta tiranía de la distracción, de link en link, la concentración de toda la vida. «La mente necesita concentración y contemplación abierta para que lleguen las ideas, la creatividad». Pero el propio Carr cae en el pecado. Y reconoce que el enemigo es enorme «porque es útil, entretenido y divertido». A él, de momento, ir contracorriente en el océano de Internet le ha salido muy rentable. Sus libros, versión papel o versión digital, se devoran.