Pedro Sánchez, «podemizado»

Enrique Clemente Navarro
Enrique Clemente LA MIRADA

OPINIÓN

15 sep 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Pedro Sánchez ha optado por el combate cuerpo a cuerpo con el «populismo», la palabra que usa para no decir Podemos. Incluso ha descartado de antemano cualquier pacto poselectoral con la formación que lidera Pablo Iglesias. En su primera intervención como secretario general ante el comité federal equiparó a Podemos con el PP como principales adversarios del PSOE e incluso denunció una «coalición de intereses» entre ambos para debilitar a su partido, una especie de reedición de la antigua pinza de Aznar y Anguita, que tenía como objetivo derrotar a González. Esta estrategia está haciendo que prácticamente el único mensaje que llega del flamante nuevo líder socialista tiene relación con la nueva fuerza emergente, sepultando todos los demás. Concentrar el discurso, al menos el que más repercusión tiene en la opinión pública, en atacar a otro partido transmite la sensación de miedo y debilidad, de ir a rebufo, da publicidad gratuita y agranda al rival político. Es cierto que las encuestas han hecho cundir el pánico en un PSOE en estado comatoso, ya que todas muestran el imparable ascenso de Podemos, que sigue mordiendo en el potencial electorado socialista, y esto puede explicar la agresividad de Sánchez. También es hora de exigir a Podemos que aparque por un momento su causa general contra el «régimen» y la «casta» y explique y detalle cuál es su alternativa y qué significarían algunas de sus propuestas utópicas e irrealizables. La batalla ideológica con Podemos es necesaria y saludable. Pero caer en la demonización, igualar a un grupo inédito con un partido de Gobierno con un largo historial detrás es un grave error y puede convertirse en un bumerán que se vuelva contra quien lo lanza. Sánchez está «podemizado».