Pilar de Lara ha vuelto. Para que no se relajen los alcaldes de media Galicia. Y regresa por la puerta grande. En esta esquina la política ya no se entiende sin la jueza. La han bendecido desde todos los partidos. Acusada por unos de ser la derecha judicial y criticada por otros por convertirse en el azote del PP. Quizás porque ella sí que empuja hacia la renovación. De nada sirve la reforma electoral si en el fondo se mantienen los antiguos vicios. No tiene sentido ganar en gobernabilidad si la supuesta gobernabilidad perpetúa los favores, el todo vale, el enchufismo, las telarañas clientelares. Algunos tachan a los ciudadanos de ingenuos por imaginar que las cosas funcionan de otra manera. Puede que los ingenuos fueran los políticos que pensaron «que esto siempre ha funcionado así». Le pasó hasta a Pujol. Nadie debería sentirse blindado. Ni los de la lista más votada ni los que recogen las migajas de las urnas. Hay más ley que la ley d?Hondt.