Las cosas que en verdad importan

Xose Carlos Caneiro
Xosé Carlos Caneiro EL EQUILIBRISTA

OPINIÓN

01 sep 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Nos ha vencido la mala política: como tema, asunto y centro. Su aires y desaires, sus pugnas y discordias. La demagogia en estado puro, o la praxis como sistema, o el conflicto vocal y bucal pero no la disputa de ideas. Me gustaría que los políticos tuviesen una vida distinta. Con su horario y sus pasiones, sus lecturas de ficción, sus ganas de no hacer nada muchas veces. Me gustaría que visitasen lugares con el alma y no solo con la suela de los zapatos. Esa vida paralela que tantas veces ignoramos y en la que caemos, por fuerza mayor, alguna vez en nuestra existencia. Y es en esas vidas paralelas donde reposan los empeños que en verdad importan. Los afectos y sentimientos, la gente que nace y la que se muere, los que sufren y los que intentan romper las malas rachas para ser felices de una vez y para siempre. Pero los políticos, incluso los utópicos, están en otro juego. Por eso muchos ciudadanos (muchísimos) no votan: porque no los sienten en la piel. Si los que no votan tuviesen escaño, el presidente del gobierno quizá sería un no votado. Quítense la máscara. Contemplen los ojos y no estrechen solo las manos. Intenten que este nuevo curso político sea el de la gente de a pie, con sus virtudes y defectos. La que nace y muere, la que crece, la que quiere un futuro mejor: sin odios e inquinas, con esperanza. Las cosas que en verdad importan, digo, son las que nos hacen mejores.