La elección de alcalde

Telmo Martín González TRIBUNA

OPINIÓN

30 ago 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

La propuesta del Partido Popular para que el alcalde sea el candidato más votado ha generado un rechazo del PSOE, tan exagerado y teatralizado que resulta muy sospechoso. Máxime si tenemos en cuenta que los socialistas incluyeron la misma propuesta en su programa electoral en la etapa de Zapatero. El resto de partidos nunca la aceptarán porque sus esperanzas de gobernar pasan por las coaliciones.

Por supuesto que los socialistas están en su derecho de oponerse, pero hubiera sido más creíble hacerlo una vez que recibieran la propuesta concreta del Gobierno. Oponerse radicalmente a que gobierne la lista más votada, un sistema vigente en Francia, Inglaterra, Italia y Grecia, parece una estrategia coyuntural.

Otra cosa bien distinta son los condicionantes concretos que deba incluir el nuevo sistema. El PP no propone que baste con ser la lista más votada para gobernar. Además, el alcalde deberá recibir más del 40 % del voto y superar al segundo partido en 5 puntos porcentuales como mínimo. Si no se dan estas condiciones, se celebraría una segunda vuelta entre los dos candidatos más votados.

Desde las primeras elecciones democráticas siempre ha gobernado España el partido más votado, aunque no haya alcanzado la mayoría absoluta. Suárez nunca la tuvo y gobernó en 1977 y 1979. Felipe González tampoco en 1989 y 1993. Ni Aznar en 1996, ni Zapatero en el 2004 y el 2008. ¿Por qué no vale para los ayuntamientos un sistema que de facto se ha aplicado en el Gobierno de España en seis de las diez legislaturas?

Yo mismo soporté las consecuencias del sistema vigente en las municipales del 2007. Ganamos en Pontevedra con más del 44 % del voto, superando al segundo partido, el BNG, en 16 puntos porcentuales y 7.000 votos. Su candidato, Lores, perdió 10 puntos porcentuales y 5.000 votos con respecto al 2003. Por supuesto, asumí aquella victoria amarga (nos faltaron 600 votos para gobernar) sin quejarme de un sistema que es mejorable. Hubo muchos casos similares, sin ir más lejos Vigo y Ourense.

El sistema proporcional muestra sus mayores defectos en las elecciones municipales, al tratarse de una sola circunscripción. No ocurre lo mismo en las generales y autonómicas, con tantas circunscripciones como provincias.

Con el 44 % del voto, Felipe González obtuvo una mayoría absoluta holgada de 184 diputados en 1986, Aznar 183 diputados en el 2000 y Rajoy 186 en el 2011. Pero, incluso con el 39 % del voto, en 1989 Felipe González obtuvo 175 diputados, a uno de la mayoría absoluta.

A nivel autonómico, Feijoo, con el 45 % del voto, tiene tres diputados más que la mayoría absoluta. Y, si echamos un vistazo fuera, Merkel gobierna con el 41 % del voto y Hollande ganó la primera vuelta con el 28 % del voto.

En resumen, negarse a hablar de cambios en el sistema de elección de los alcaldes, argumentando que solo beneficia al Partido Popular, me parece, con todo mi respeto al PSOE, la excusa de un partido perdedor que se resigna a ser siempre el segundo.

Telmo Martín González es diputado del PP en el Congreso.