«Frau» Merkel

Domingos Sampedro
Domingos Sampedro A REVIRAVOLTA

OPINIÓN

22 ago 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

A Ángela Merkel le diría un par de cosas. Por ejemplo, que es fantástico que venga a Santiago y permita que la imagen de la Catedral y del Camino -la única industria que no nos pueden arrebatar- se cuele en los noticiarios de la ARD, la RTL o en las páginas del Frankfurter Allgemeine para ver si así a miles de alemanes les pica el gusanillo de venir a visitarnos y descubrir que la rubia gallega fermentada en A Grela tiene un gusto más exquisito que la Paulaner de Múnich. También le daría las gracias, danke schön frau Merkel, por enseñarnos que, por voluntad suya, la sacrosanta Constitución española se puede reformar en dos tardes en aras de disipar las dudas que sobre nosotros tenían los acreedores germanos. Fíjese que igual un día nos liamos la manta a la cabeza y la reformamos solitos para despejar también las dudas que nublan nuestro futuro y el de nuestros hijos. No me creo, frau Merkel, que usted sea la «canciller teflón», como algunos la apodan, por eso que las cosas le resbalan igual que a una sartén antiadherente. En absoluto. Y por eso me atrevo a pedirle que crea en nosotros, en nuestro talento, que sabemos ser muchas cosas más que trileros y maleantes, que para qué vamos a engañarnos, algunos también tenemos. Le pediría que le dé una oportunidad a este país para levantar la cabeza, no más de las que tuvo Alemania. Para que podamos construir una sociedad digna, promocionar a nuestros jóvenes, asistir a los mayores y cuidar de los enfermos cuando más lo necesitan. Lo digo porque quizás este fin de semana Rajoy consuma más energía en pedirle ayuda para colocar a dos de sus ministros en Bruselas que en hablarle de estas cosas. Dichas quedan. Así que, frau Merkel, no haga de teflón.