Las expectativas

César Casal González
César Casal CORAZONADAS

OPINIÓN

02 ago 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

El ser humano es sentimiento y emoción. No hay otra. Decía Octavio Paz, que está de aniversario, que sentir es lo que nos define. Sentir y presentir. Y desarrollaba una de sus curiosas y calibradas teorías. Sentimos y presentimos, por lo tanto somos personas de recuerdos. Sentir nos pone en bandeja de plata un pasado que recuperar con la memoria. Y presentir nos deja un futuro anticipado. Nos gusta hacer las dos cosas: recordar e imaginar lo que podemos vivir. Paz decía que ese doble mecanismo hacía del hombre un ser de regresos, más que de progresos. Es cierto que nuestra mente borra lo esencial del pasado para quedarse muchas veces con lo edulcorado. El tamiz del tiempo es tramposo. Pero, ojo, también con los presentimientos nos engañamos. Apostamos demasiado al futuro y casi nada al presente, que es lo único que tenemos. Presentimos las mejores vacaciones de la historia, la mejor cena del siglo, el mejor encuentro de nuestras vidas (muy de los tiempos de promesas urgentes, continuas y falsarias en los que malvivimos) y luego la realidad nos da un golpe tremendo. Las expectativas son pantanos. Hay que aprender a no hinchar mucho los globos para que no nos estallen en la cara. No hay como el primer sorbo de una caña.