Apoyo a Celso Collazo

Carlos G. Reigosa
Carlos G. Reigosa QUERIDO MUNDO

OPINIÓN

02 jun 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

El veterano periodista internacional Celso Collazo Lema (92 años) atraviesa dificultades en su soledad en Guadalix de la Sierra, pueblo del norte de Madrid en el que un día se rodó la película de Berlanga Bienvenido, míster Marshall. A otras debilidades propias de la edad, se le ha sumado recientemente una acusada pérdida visual y un estado de decaimiento general. Celso Collazo, galleguista histórico de la generación de Plácido Castro, Francisco y Joaquín Fernández del Riego, Jaime Illa Couto, Valentín Paz-Andrade, etcétera, colaboró en la fundación de la editorial SEPT y en otros proyectos culturales y periodísticos gallegos. En 1951, acosado por carencias económicas, se fue a trabajar a Madrid, de la mano del también gallego Manuel Blanco Tobío. Al año siguiente se casó con la pintora María Antonia Dans. Y a partir de 1957 se convirtió en uno de los grandes periodistas internacionales de España, con destinos en Londres (1957-68), Moscú (1970-75), Nueva York (1975-77) y WAshington (1980-82). Collazo nació en Vimianzo el 15 de noviembre de 1921. Su padre era un significado galleguista, colaborador de Castelao, que fue paseado en Ponteareas en septiembre de 1936. Poco después, un tío suyo también fue asesinado en Ourense. Su vinculación galleguista continuó toda su vida y sus domicilios en el extranjero fueron siempre un punto de acogida para sus amigos, desde Cunqueiro y Fernández del Riego en Londres hasta Torrente en Nueva York.

El año pasado, Celso Collazo donó los más de 15.000 volúmenes que atesoraba en su residencia en Guadalix de la Sierra a la Biblioteca de Galicia, acto que mereció el agradecimiento por escrito del presidente de la Xunta. En este último año, la decadencia física de Collazo se ha acentuado y la soledad se ha convertido en su compañía, sobre todo al no poder leer ni apenas desplazarse. En esta situación, y sin medios económicos para contar con una persona de apoyo, Collazo ha querido que se haga pública su situación. Su natal Vimianzo, sus amadas ciudades de A Coruña, Vigo y Santiago de Compostela (vivió en las tres) y la propia Xunta de Galicia no debieran desatender su situación. Porque el tiempo apremia.