La mala reputación

Xavier Lombardero TIRAR DO PAU

OPINIÓN

24 abr 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

A ver este, ¿estudia o trabaja? ¿Tiene posibles la familia? ¿A qué dedica el tiempo libre? Esa tarea de la santa inquisición educativa, dispuesta a salvar de la quema a un ramillete de universitarios morosos, huele a chamusquina. Caso por caso, interrogando el expediente, van a revisar el tormento de los recortes en becas y ayudas, pero, mucho me temo, hay heridas demasiado abiertas y tampoco la doctrina de la universidad para listos y ricos varía en exceso. Wert aplicó el hacha y Vázquez acude con tiritas a una universidad enferma de edificios vacíos y chiringuitos departamentales helados. Se quedan sin clientes. Muchos de los que estudian no pueden pagar y los que habrían de venir no llegarán. En unos años no habrá ni ingenieros que exportar a Alemania.

Esto va por fases. Primero se señala al estudiantado como vagos y maleantes, luego se quiebra su voluntad y conciencia ahogándolos en tasas para, finalmente, maquillar la degradación con unos cuantos rescatados. Déjense de fariseísmos. ¿Quién creen que paga los plazos de muchas matrículas? ¿O las clases particulares para superar la criba del primer curso, ese que nada se compadece con la pifia del bachillerato? Padres contribuyentes, abuelas que ayudan, esos trabajillos de alumnos explotados en las casetas del pulpo, de maratones nocturnos doblando pantalones, enseñando el escote hasta las tantas en todo tipo de tugurios. Y sí, a lo peor, trapicheando estupefacientes. Esas marcas no se las quitarán nunca muchos que quieren estudiar.