Su imagen la pintó hasta Dalí. Mae West fue una revolución en sí misma. Nada más lejos de su imagen de rubia de bote. Mae West pasa a la historia y vive hoy gracias a sus frases. Una auténtica víbora, con lengua de víbora que escandalizaba a los norteamericanos de su época. Y seguro que a muchos de hoy. Ahora que están tan de moda las sentencias rotundas o supuestamente provocadoras del Twitter, nada como Mae West para los 140 caracteres. Habría sido la reina absoluta. Ya puede estudiarla Risto Meijide (a su lado Risto parece un niño de San Ildelfonso). Es increíble que hace tantos años escribiese (si las pensaba ella solita) y pronunciase frases como estas: «Cuando soy buena soy muy buena, pero cuando soy mala soy mucho mejor» o «¿Es un arma en el bolsillo o es solo que estás contento de verme?». Mae West no era pícara, era mucho más. «He sido rica y pobre... Créeme, rica es mejor». Otra genialidad: «No te cases con un hombre para reformarlo, para eso están los reformatorios». Es difícil hacer una selección de la catarata de genialidades de esta chica. Aquí va una más: «Ya no quedan hombres como los de antes. Hoy si un hombre te abre la puerta o es la de tu dormitorio o es el portero». Así fue que nunca le importó perder la reputación: «He perdido la reputación. Pero nunca la echo en falta».