Por tierra, mar y aire

Fernanda Tabarés
Fernanda Tabarés OTRAS LETRAS

OPINIÓN

20 abr 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Ojito, ojito, porque tras las abolladuras en la carrocería ahora empieza a fallar la mecánica. Y eso significa que el parque móvil del país necesita una puesta a punto urgente tras el abandono generalizado impuesto por la crisis. Los problemas llegan por tierra, mar y aire, en una coincidencia que empieza a cobrarse sus víctimas y que constituye la evidencia más palmaria de que somos pobres, por mucho que nos pasen por los fuciños las dichosas mejoras macroeconómicas.

En tierra los carreteras necesitan 6.200 millones de euros en reparaciones varias. Asociaciones profesionales comparan el estado de la red con el de 1985 y la DGT habla ya de un repunte de los muertos en accidente. Solo faltaba que tras convertirnos en conductores civilizados, la parca estuviera ahora en un socavón tras trazar con suavidad la curva a la derecha.

En el mar, el tercer naufragio en cuarenta días indica que ha llegado el momento de dejar de refugiarse en la casualidad o en la fatalidad y averiguar por qué pesqueros modernos que faenan con buena mar y mejor tiempo acaban en el fondo del océano convertidos en inaccesibles ataúdes.

Y en el aire, un avión de la flotilla real acaba de sufrir la quinta avería en menos de seis meses, en lo que ya viene a ser una llamativa concatenación de incidentes que debería saldarse con algo más que el cachondeo general.

En Galicia sabemos del simbolismo de la mecánica. Al fin y al cabo unos Audis escoltaron a Feijoo hasta la presidencia de la Xunta. Audis que, por cierto, siguen en el garaje.