Enfoques, datos y verdades sobre Cataluña

Jaime Miquel < / span> AL DÍA

OPINIÓN

25 mar 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

L os números de Cataluña son insuficientes para justificar la estrategia secesionista en términos convencionales. El frente soberanista del año 2012, integrado por CiU, ERC y finalmente CUP, fracasó con 74 escaños sobre 135 en unas elecciones que fueron plebiscitarias, retrocediendo dos escaños respecto al año 2010 aunque la sensación social sea otra. Es otra porque la coalición ICV/EUiA se sumó a posteriori ampliando el número de diputados partidarios de la consulta hasta 87, a tan solo 3 de los dos tercios, que son 90. Los de Coscubiela pierden electores en ese desplazamiento pero ganan otros del PSC que están forzados, luego estos movimientos se compensan.

Los que respaldan la consulta del día 9 de noviembre, esto es, CiU, ERC, CUP e ICV/EUiA, sumaron 2,1 millones de votos en las elecciones autonómicas del año 2012; nuestras estimaciones sitúan esta cifra en 2,4 millones de votos en la actualidad, que es el mismo número de personas que quiere que Cataluña sea un Estado independiente. El problema es que la mitad del censo son 2,7 millones de electores, luego solo hay números para fracasar en términos convencionales: faltan como poco 300.000 catalanes secesionistas para alcanzar el 50 % del censo electoral, lo que no tendría mayor importancia si la consulta fuera legal, porque aún así serían más que los no soberanistas, sean o no votantes del PP, Ciutadans o el PSC.

Sin embargo, en una consulta no autorizada solo votarían quienes quieren que Cataluña sea un Estado, por lo que es crucial para esos intereses que la participación supere el 50 % del censo: una participación inferior remitiría a la minoría de los catalanes cualquier resultado del refrendo. Decíamos en términos convencionales porque el presidente Rajoy y el portavoz de ERC en el Congreso, Alfred Bosch, nos lo dijeron todo en el debate del estado de la nación: no vas a votar, dijo el primero; a ver cómo lo impides, contestó el segundo.

Y tiene razón, aunque en términos revolucionarios. La parte de la sociedad catalana que es secesionista está convencida de que son la gran mayoría y de que ha llegado el momento de romper con España, porque, además, el reconocimiento internacional de la República de Cataluña será inmediato, suponen.

No es cierto, la mayoría son más de 2,7 millones de catalanes y no los suman, y en la UE está muy claro dónde tributa cada cual, aunque la legalidad internacional se manifieste orientativa. Sin embargo, aún siendo 4 de cada 10 los catalanes que votarían, están a solo 3 escaños amigos del PSC para alcanzar los 90, dos tercios de la Cámara. Un acuerdo de los políticos que les permitiría comportarse como quien representa a la amplia mayoría social. Alfred Bosch tiene razón, no se puede impedir que la gente vote en Cataluña si han decidido hacerlo, a lo que agregamos que tampoco se podrá controlar la situación el día 10 con un millón de personas en la calle. Dará lo mismo que sean elecciones en lugar de referendo, porque se trata de una rebelión.

Jaime Miquel es analista electoral.