Un buque de guerra es un arma. Sí, es un arma

José Picado GENTES DE TRATO

OPINIÓN

08 ene 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

La dirección de Navantia presentó su Plan Estratégico (o Plan Industrial, o Plan de Futuro) a los representantes de los trabajadores, quienes no tardaron en calificar el conjunto de las medidas que contiene el documento como ambiguas, poco concretas y claras, incapaces de detallar cómo se activaría de forma inmediata el trabajo de los astilleros. Me parece oportuno subrayar el título de este artículo, a la vista del conjunto de opiniones vertidas en los medios en los últimos tiempos, y en aras de buscar la concreción, claridad y simplicidad que han de tener los «principios» estratégicos en los que se debe basar la actividad de Navantia Ferrol (Bazán), para la que nació, se desarrolló y alcanzó un alto grado de excelencia mundial: la construcción de buques de guerra para la Armada española, y ya, en tiempos más recientes, también venderlos a otros países.

Y sí, estoy hablando concretamente y sin ambages de buques militares. Esos que se pintan de color gris naval, van armados con cañones o lanzamisiles, transportan infantes de marina u otras tropas, son plataformas para la operación de aeronaves, y tienen como núcleo de inteligencia su centro de información de combate. También están capacitados para cumplir otras misiones muchos de ellos, como aprovisionar una zona catastrófica, evacuar poblaciones, luchar contra la piratería, operar de emergencia en sus quirófanos, etc.

Estos barcos en los que Ferrol ha sido y es un astillero excelentemente valorado -véanse las declaraciones de las Marinas y Gobiernos de Tailandia, Noruega y Australia, así como el resultado de las operaciones en las que participa la flota española-, tienen la «mala prensa» de que computan en la balanza comercial española como venta de armamento, lo que produjo (no sé si sigue haciéndolo) la situación esperpéntica de ver a políticos que pretendían que Navantia vendiera fragatas, patrulleros, buques de apoyo de combate, submarinos, portaeronaves o LHD pero sin que se notara mucho que se incrementaba la venta de armas. Sí pero no. Que no es políticamente correcto. Como tampoco parece muy razonable contemplar a muchos colectivos o ciudadanos manifestándose un día a favor de la carga de trabajo y al día siguiente en contra del incremento de la producción en la industria armamentística.

Oído lo oído y visto lo visto, espero que, en medio de todas las medidas que se expliciten en el documento presentado, el Gobierno tenga la valentía de aprobar más pronto que tarde la construcción de la sexta fragata F-100, para acto seguido adelantar al 2015 la sustitución de las de la clase Santa María. Esto en cuanto a la construcción naval militar para nuestra Armada. Y, obviamente, continúe presentando ofertas (buenas y competitivas) al resto de las Marinas que pueda hacerlo. De la construcción civil y las reparaciones de barcos civiles de mayor manga, con el dique necesario para hacerlas incluido, hablaremos otro día.