Desesperación

Sofía Vázquez
Sofía Vázquez ESTADO BETA

OPINIÓN

25 jul 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

A las 20.41 horas de ayer comenzó la desesperación. No se supo con exactitud hasta pasadas las 23.15 de la noche cuántos pasajeros iban en el tren. Al final eran 218 personas. ¿Cuántos de ellos están heridos? ¿Y los muertos? Cada minuto que pasaba se incrementaba el nivel de angustia de las llamadas de familiares y amigos de los viajeros.

«¿Qué sabe usted?» «¿Tienen la lista de los afectados?» «¿A donde puedo llamar?». Las preguntas se repetían, y la respuesta era siempre la misma. No hay información. Hay que esperar. Esperar, sí; mientras, se seguían viendo las imágenes. Dantescas. Cadáveres en el suelo, heridos que eran sacados por las ventanas de los vagones. Se respiraba muerte, tragedia.

Llamó una madre. En el tren viajaba su hija. Copia apresuradamente y con mano temblorosa el 900 101 660. Dio el nombre de la persona que buscaba y también el suyo. «En cuanto sepamos algún dato del pasajero, le llamaremos», le dijo una voz amable. La mujer no pudo reprimir el llanto. El dolor se le atragantó. Esperaba y desesperaba. Pasaban los minutos y nadie la llamaba. La muerte acechaba a su hija. Pasaban los minutos. El tiempo se hacía interminable ante una llamada que, al cierre de esta edición, no había llegado.