¿Es Iberia una compañía española? No. ¿Las decisiones sobre su futuro se toman en Madrid? No. ¿A sus actuales dueños les interesa saber lo que piensa la plantilla? Ni mucho menos. ¿Y les interesa diseñar un proyecto que la lleve a ser una de las compañía punteras en el ámbito internacional? Tampoco.
Entonces, ¿por qué British Airways compró la aérea española? Para quedarse con sus rutas, lograr dominar una parte del mercado aéreo de Europa y obtener el control de una infraestructura de inversión multimillonaria como la T4. British tenía como objetivo alcanzar una cuota del mercado determinante para seguir siendo líder y, de paso, borrar del mapa a un competidor molesto. La británica está a punto de conseguirlo, y cuando lo haga habrá aniquilado un sector que debería ser estratégico para un país como España. Alguien debería ponerle freno.