En la plaza de San Pedro

Laureano López
Laureano López CAMPO DE BATALLA

OPINIÓN

12 feb 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Treinta y cinco minutos después de que la chimenea elevara su fumata blanca al cielo de Roma, un purpurado chileno anunció el nombre de Joseph Ratzinger como nuevo papa. Sucedió a las 18.41 del 19 de abril del año 2005. Cinco días más tarde, pronunciaba su primera homilía Benedicto XVI, también en la plaza de San Pedro, ante 400.000 emocionados fieles. En ese acto de inicio del pontificado, el papa, ya con voz frágil, alertó sobre los desiertos interiores (del ser humano) y exteriores (de la sociedad). Y habló de algo que, se profese la religión que se profese, suena hoy dramáticamente actual. Se refirió Benedicto XVI «a los poderosos del mundo. Sí, él (Jesucristo) ciertamente les habría quitado algo: el dominio del quebrantamiento del derecho, de la arbitrariedad y de la corrupción...».