No es finalmente el barco de Vacaciones en el mar, con su piña colada. Veremos si no acaba siendo el Titanic. Hay quien ya se relame viendo a Núñez Feijoo tocando el contrabajo en la cubierta mientras los pasajeros con más suerte, o más enchufe, se ponen, nerviosos, el chaleco salvavidas... Resulta que el PP no era inmune a los bajos fondos, hoy altos hornos, de la política, por si a alguien le cabía alguna duda. Se creyeron perfectos y les salió Conde Roa y Boqueixón. Presumieron de incorruptibles y, a partir de ahí, la bola de nieve: llegó el presunto reparto de sobres sin membrete de Bárcenas, la imputación del alcalde de Santiago, saltaron por los aires Ames y Pontevedra... Todo, en pleno congreso de la victoria. Deberían haberlo llamado de la profunda reflexión.