El empleo, nuestro problema prioritario

Manuel Lago
Manuel Lago EN CONSTRUCCIÓN

OPINIÓN

25 ene 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Los datos de la encuesta de población activa (EPA) son, directamente, una enmienda a la totalidad de la política económica de Rajoy y de Feijoo. Seis millones de desempleados en España y muy cerca de los trescientos mil en Galicia demuestran, con nuestro dolor, el fracaso de la estrategia de la derecha, del PP. Y de Merkel. El durísimo ajuste al que están sometiendo a la economía deteriora la vida de las personas, pero no sirve ni para la recuperación ni para el empleo. Es un austericidio premeditado.

Una sociedad democrática no puede convivir con tasas de paro del 26 % y todavía menos cuando la expectativa es que esta situación insoportable de por sí se va a mantener por lo menos tres o cuatro años si no se cambia radicalmente de estrategia. Son cifras absolutas y tasas de paro desconocidas en el resto de los países desarrollados del mundo, más propias de crisis bélicas que de una sociedad normalizada. Ni en el crac del 29 en el siglo pasado en EE.?UU. ni en la Alemania prenazi azotada por la crisis de entreguerras se llegaron a alcanzar tasas como la que nosotros sufrimos ahora.

Por eso es insoportable, indignante, oír el discurso del Gobierno, y el de la Xunta, sus falsedades y lo equivocado de su estrategia. Porque hay que decirlo alto y claro: nuestro problema central no es ni el déficit ni la prima de riesgo. Nuestro problema es el empleo, la destrucción de empleo. En el primer año de Rajoy se han perdido 850.000 puestos de trabajo y como resultado el desempleo aumentó en 700.000 personas en doce meses.

Este es el gran problema del país y no solo porque suponga un drama humano para los seis millones de parados y sus familias, que sufren la desesperanza de no encontrar el camino de vuelta a la vida profesional y siguen por el que los lleva, día a día, hacia la exclusión social. Lo es también en términos puramente económicos, porque es este brutal proceso de destrucción de empleo el que desequilibra las cuentas públicas, el que pone en dificultad el sistema de pensiones, el que deteriora el balance de las entidades financieras, el que provoca la caída en las ventas de las pequeñas y medianas empresas, el que determina la caída de renta de las familias, su falta de ahorro? y un largo etcétera de problemas económicos y sociales.

Porque el gran diferencial de la crisis en España es este insoportable socialmente y absurdo económicamente nivel de desempleo que sufrimos como nadie en Europa. Así no podemos seguir. Miente el que diga que la economía española empieza a mostrar signos de mejoría cuando se han destruido 850.000 empleos en el 2012 y cuando se prevé perder otros 500.000 en el 2013. Se está consumando una de las grandes estafas de la crisis: haber cambiado el orden de importancia de las cosas. No se actúa para la inmensa mayoría de la sociedad, sino de forma exclusiva para la élite dominante.