No habrá paz ni para los amputados, solo una parte de quienes por desgracia y no por capricho tienen que valerse toda su vida de una prótesis. La guadaña de los recortes toca al más frágil y, de paso, hace a casi todos más débiles. No hay fórmula más exquisita para domesticar a un pueblo que cercenar su desarrollo atacando la sanidad y los centros del saber, precarizando la enseñanza. Son las noticias de ayer, de hoy y de mañana. No veremos en titulares a cinco columnas «Adiós a la Diputación de Ourense» porque en verdad dicen que es vital y urgente para el desarrollo de esta tierra contratar profesores de telares y peones que se encarguen de aumentar el ritmo de cubriciones de conejos... Así es Galicia, tierra de imputados y amputados, estos por decreto ley.