Mala educación

Mariluz Ferreiro A MI BOLA

OPINIÓN

17 oct 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Que no cunda el pánico. Según la Unesco, España está a la cabeza de Europa en abandono escolar y desempleo juvenil. Una hazaña similar a la de la Eurocopa, sin duda. Porque había rivales temibles, también asfixiados por la soga del recorte. El logro se debe, sin duda, a la labor incansable de Gobiernos de distinto pelaje. Es justo repartir un poco los méritos de un trabajo hercúleo de años de duración. Pero todo puede deberse a un plan maestro que se le escapa al ciudadano, que en lugar de mirar con perspectiva de futuro, centra su atención en esa hija sin empleo, ese nieto que vive de la pensión del abuelo o ese hermano que decide emigrar. Pequeñeces. Miopía a pie de calle. Si se observa la situación con distancia, como si se contemplara un cuadro impresionista, todo encaja.

Esa gigantesca bolsa de juventud con su futuro literalmente hipotecado (hay que ver cómo afilan la crisis las frases hechas) podrá enviar currículos a Eurovegas, que sin duda necesitará camareros, limpiadores y hasta prostitutas (con todos los respetos) de bajo coste. Quizás incluso debería ver obligatoriamente el programa televisivo Gandía Shore para, más que empaparse, empanarse con la esencia lúdico-festiva del asunto. Y así España cumplirá ese sueño berlanguiano de ser el gran resort chusquero de Europa. A mediados del siglo pasado decían que Cuba era el burdel de Estados Unidos. La isla saltó de un extremo al otro sin encontrarse la democracia en el camino y sin librarse de la cruz del turismo sexual. España no es Cuba. Pero, aunque la geografía se empeñe, otras coordenadas la sitúan lejos de Europa. ¿Españolizar? Europeizar.