Los test de estrés son una prueba teórica que entretienen (o calma en el mejor de los casos) a los mercados y les da munición a los analistas. Pero es un examen sobre el que conviene contextualizar mucho: se pone a los bancos ante una situación (un estrés) tan improbable que el propio Banco de España estima que solo pasaría en un 1 % de los casos. A saber: un desempleo del 27?%, un mayor desplome del precio de la vivienda, una caída de la economía del 6,5 %, un descenso del crédito del 24 %... Es tan complicado advertir ese escenario que, de producirse, probablemente la banca no fuera el mayor problema de este país.
Los test de estrés son como poner en cuarentena a una persona solo por el hecho que el médico le haya dicho que tal vez, remotamente, tenga una enfermedad contagiosa.
Son pruebas que imponen los mercados para ver cómo respira una banca que en breve estará auxiliada por los fondos europeos. Por eso verdadero día 1 de la banca empieza hoy. No era ayer. La miga es saber quién y cómo aguantará el vendaval financiero del rescate. Quién requerirá muletas. Quién será capaz de seguir adelante. Y, sobre todo, saber quién y cuándo volverá a prestar dinero a empresas y familias; en qué condiciones; y, también, a qué territorio servirá. Ese, el de la economía real, es el verdadero examen que tiene que pasar la banca española. Lo demás, de ayer, son florituras.