La despedida de Feijoo

Abel Losada PORTAVOZ SOCIALISTA EN EL PARLAMENTO DE GALICIA

OPINIÓN

28 ago 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

La legislatura que acaba ha sido la del engaño y la frustración para Galicia. Feijoo llegó a la Xunta después de una durísima campaña de desprestigio del anterior Gobierno y su presidente, una campaña injusta y falaz que demostró que a la derecha le vale cualquier método para alcanzar el poder. Estafó a los gallegos con un supuesto contrato con Galicia en el que, en catorce puntos, establecía sus compromisos de gobierno, pero con resultados absolutamente decepcionantes y que, en la legislación mercantil, sería castigado por incumplimiento y estaría sujeto a indemnización. No podremos hacer eso, pero si que tenemos, dentro de 54 días, la posibilidad de decirle lo que opinamos de su compromiso con nuestra tierra. Porque el balance resulta desolador. Casi 125.000 parados más y con una situación de recesión desconocida en la comunidad; si en el 2008 crecíamos casi un punto más que España, ahora decrecemos medio punto más.

Con los sectores productivos afectados por la crisis, el Gobierno autonómico no ha sido parte de la solución sino del problema. Con una total claudicación ante las dinámicas del mercado que claramente perjudican a nuestros sectores primarios, agricultura, ganadería, pesca?; a un sector industrial paralizado, en el que el sectarismo, la ideología y la posibilidades de negocio a los amigos ha paralizado a sectores fundamentales (eólico, acuícola, innovación?), mientras que ha condenado al problema del tax lease a una situación sin salida y convertido en un circo mediático sus contactos con Pemex, cuestión que, lamentablemente, parece que se enfría.

Con recortes en lo que respecta a los servicios públicos básicos; menos profesores, menos becas, libros más caros, menos personal sanitario, copago en los medicamentos y en los servicios sociales, menos ayudas a los dependientes, menos programas de inclusión social? es decir, una sociedad más fragmentada, más injusta y mucho menos «humana».

Y ahora, un adelanto electoral que parece convocado más por el lendakari Patxi López que por el presidente de la Xunta. Oportunista y partidario, complicado de explicar por quien goza de una mayoría absoluta; tan complicado que, escuchando ayer a Feijoo, pareciera que la culpa del adelanto es de la oposición. El más difícil todavía de un presidente agotado, que buscó siempre responsables externos de los problemas sin afrontar sus propias responsabilidades, que intentó hacer trampas en los últimos minutos del partido, y que ahora escapa, otra vez más, vergonzosamente. La enésima claudicación de un presidente al que los gallegos y gallegas no le perdonarán su falta de compromiso con su país, más allá de la publicidad y la propaganda.