Un ejemplo a no seguir

Manuel Lago
Manuel Lago EN CONSTRUCCIÓN

OPINIÓN

05 may 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

El presidente Feijoo lleva meses presentándose como el inspirador de la política de austeridad que ahora practica con vehemencia Rajoy en el conjunto del Estado. Y sin embargo, un análisis objetivo de los resultados de su política de recortes demuestra que ha sido un fracaso para la economía, para el empleo y para el bienestar de los gallegos. Un ejemplo, sí, pero para evitar repetir sus errores.

Es cierto que Feijoo recortó el presupuesto. Sí y mucho, porque le dio un hachazo a los recursos públicos reduciéndolos el 20 % en estos tres años. Pero no lo hizo, como cuenta la leyenda, acabando con los gastos superfluos sino reduciendo la inversión pública a la mitad. Y en lo que no llegó, deteriorando los servicios públicos básicos y la política de empleo. El presupuesto se redujo en 2.291 millones de euros, de los cuales 1.532 millones fueron en menos inversión. Los resultados de esta política son contundentes. Galicia pasó de crecer 1,5 puntos por encima de la media española en el período 2006-2008 a menos de la mitad en el 2011, perdiendo el diferencial de crecimiento que nos permitía ir superando nuestro atraso y converger con la media española.

Menos crecimiento es menos empleo. Desde que Feijoo es presidente se han perdido más de 118.000 empleos en Galicia, un brutal proceso destructivo que se llevó por delante uno de cada 10 empleos que había cuando el llegó. Y lo que es peor, la pérdida de empleo fue más grave en Galicia porque aquí cayó el 10 % frente al 8,7 % de media española.

Nunca antes en Galicia, en toda nuestra historia, en ninguna crisis anterior, con ningún otro presidente llegamos a tener 276.825 gallegos en paro. Y este no es un problema heredado. Desde que él es presidente la cola del paro aumentó en 65.316 personas, lo que supone un incremento del 33 % en sus tres años de mandato.

La última idea que vende nuestro presidente es que Galicia es la comunidad con las cuentas públicas más saneadas porque cierra los ejercicios presupuestarios en equilibrio. Pero esto también es una leyenda urbana, porque bajo su mandato Galicia se endeudó más que nunca en toda su historia.

Desde que él es presidente la deuda pública aumentó en más de 3.000 millones de euros, hasta superar por primera vez los 7.000 millones, lo que significa que en tres años casi endeudó a Galicia en una cifra similar a la acumulada por los cuatro presidentes anteriores en 25 años de autonomía.

Recortar es fácil. Infligir dolor a los ciudadanos está al alcance de cualquiera. Lo que mide la acción de un gobernante es su capacidad para impulsar el crecimiento económico, el desarrollo de su país, el empleo y el bienestar de sus ciudadanos. Y ahí Feijoo es un ejemplo de lo que no se debe de hacer.