Hábitos sexuales y elecciones

Roberto Blanco Valdés
Roberto L. Blanco Valdés EL OJO PÚBLICO

OPINIÓN

29 abr 2012 . Actualizado a las 06:00 h.

Alfred Kinsey (1894-1956) fue uno de los primeros investigadores que, con método científico, profundizó en el comportamiento sexual de los humanos. Como muestra la interesantísima película que sobre su vida interpretó en el 2004 Liam Neeson, Kinsey realizó miles de entrevistas personales que le permitieron demostrar que sus compatriotas tenían unos hábitos sexuales privados de los que no hablaban jamás con los demás, lo que, aparte de fomentar los prejuicios más diversos, se traducía en que la mayoría estaba equivocada respecto de lo que consideraba sexualmente normal (por habitual) y anormal (lo infrecuente).

Como de lo que voy a hablarles aquí es de la encuesta de Sondaxe que hoy publica este periódico, ustedes se preguntarán con toda lógica qué tienen que ver el comportamiento electoral y el sexual. Y aunque entre ambos se dan correspondencias evidentes (por ejemplo, las que existen entre las personas por su edad) no es ese el asunto que ahora me interesa. No: mi objetivo es solo tratar de explicar por qué dos de los principales datos electorales de la citada encuesta podrían parecer contradictorios aunque realmente no lo son. Y ahí entra el método de Kinsey. Veamos.

El primer dato se refiere a lo que creen los entrevistados que pasaría si hoy hubiera elecciones autonómicas: aunque el 56 % estiman que el PP sería el vencedor, frente al 8 % que se inclinan por el PSdeG y menos del 1 % por el Bloque, lo cierto es que un 43 % opinan que esa victoria sería por mayoría absoluta frente a un 46 % que creen que el PP no la alcanzaría, lo que equivale en Galicia, como todo el mundo sabe ya, a perder las elecciones. El segundo dato se centra a la estimación de Sondaxe sobre el reparto de los votos y escaños en Galicia: el PP obtendría hoy una mayoría absoluta muy holgada (41 escaños) frente al pobre resultado que sumarían socialistas (24) y nacionalistas (10).

¿Cómo explicar tal contradicción? Lo más fácil, que será lo que mañana afirmarán el PSdeG y el BNG, es que Sondaxe se equivoca, lo que sin embargo es poco convincente: primero, porque, históricamente, Sondaxe no suele equivocarse; y segundo, porque el margen de ventaja del Gobierno sobre la oposición es según la encuesta de tal envergadura que resulta difícil creer que a día de hoy pudiese el primero perder la absoluta, que es lo que estiman la mayoría de los entrevistados.

Frente a esa explicación fácil del error existe otra alternativa. La de Kinsey. Y es que, igual que se equivocaban los norteamericanos sobre el comportamiento sexual de sus compatriotas al dar por supuesto que los demás no hacían lo que ellos, pudiera ser que, fruto del ambiente, muchos gallegos hayan llegado al convencimiento de que los demás votarán de forma diferente a como piensa hacerlo cada uno. Por eso fue tan importante el trabajo de Kinsey; y por eso lo es hoy el de los institutos de sondeo.

De resultar acertada la hipótesis que acaba de exponerse, ello sugeriría, además, otra adicional: que los gallegos son más comprensivos con los ajustes que impone la presente situación de lo que estiman que lo son quienes los rodean. Lo que se traduciría, a la postre, en que la estrategia de la oposición es un suicidio, algo coherente con las previsiones de la encuesta sobre la composición de un eventual futuro Parlamento de Galicia.