España y los españoles hemos vivido momentos de esplendor, incluso con grandes gestas, y hemos sufrido tiempos de gran declive. Pero siempre hemos superado las situaciones difíciles, somos un pueblo luchador que nos adaptamos bien a los cambios, acostumbrados a trabajar duro, emigrando incluso. De esta crisis saldremos seguro; los ciudadanos ya trabajamos más, ganando menos y esforzándonos por ahorrar aplicando principios de austeridad. Estos españoles, que somos la gran mayoría, queremos sacrificarnos por sacar adelante a este país. ¿Cómo? Trabajando, y duro.
Yo me pregunto, ¿los sindicatos con quiénes cuentan para hacer la huelga? Una huelga que, si la secundáramos todos, nos costaría 4.500 millones de euros, ¡ahí es nada!, el coste de casi medio punto del déficit; sabiendo muy bien, además, que una huelga general mancha la imagen del país y hace subir la prima de riesgo; es decir, todos tenemos claro que no es el momento de hacer una huelga, sí de arrimar el hombro y hacer de la marca «España» un ejemplo de rigurosidad, esfuerzo, previsibilidad y seriedad.
Si apenas nadie va a secundar la huelga, ¿por qué los sindicatos la convocan? Pues porque siguen buscando egoístamente razones que expliquen su existencia. Lo que no parecen que piensen es en su futuro, carente de sentido si siguen en esa línea.