Fin del mundo

José Francisco Sánchez Sánchez
Paco Sánchez EN LA CUERDA FLOJA

OURENSE CIUDAD

17 mar 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Un grupo de estudiantes de Periodismo de la Universidad de Navarra está proyectando un suplemento especial sobre el supuesto fin del mundo que se avecina y me pidieron que les mandara el texto que publicaría en el blog si llego a ese día. Cuando recibí la encomienda, pensé: «Si las cosas sucedieran de ese modo, con aviso previo, lo último que haría sería escribir en el blog». Pero al final decidí aceptar. Luego supe que la estudiante que me convenció es ourensana: lo malo de los de Ourense, dice un amigo, es que para cuando te enteras de que son de allí? ya es demasiado tarde.

Pero resultó un ejercicio interesante. Al imaginar la situación, percibí que, antes del apocalíptico griterío que según todos los pronósticos acompañará el fin del mundo, probablemente se producirá un gigantesco, estremecedor, silencio: nadie tendrá nada que decir -salvo para despedirse de las personas queridas, dar las gracias y pedir perdón- y nadie tendrá ganas de escuchar. Los periódicos, las teles, los organismos internacionales, los científicos, los políticos resultarán de pronto inanes, innecesarios, tan superfluos y vanos como las propias palabras. Andarán muy ocupados en morir de la mejor manera posible o, según las creencias de algunos -sí, también son creencias-, en desaparecer. ¿Quién querrá vender algo entonces? ¿Quién convencernos de cualquier cosa? ¿Quién se acordará de escribir en su blog para nadie?

De pronto caí en la cuenta de que no estaría mal que el fin del mundo me pillara así: escribiendo para el único lector que me quedaría, el único fiel y seguro, para pedirle perdón una vez más y para darle las gracias.

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