El mito de la reforma laboral

Manuel Lago
Manuel Lago EN CONSTRUCCIÓN

OPINIÓN

10 feb 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

U n detallado informe de la Fundación Primero de Mayo revela que desde 1980 se han producido en España hasta 52 reformas laborales. Hoy, 32 años después y con 5.273.600 personas en paro, el Gobierno del PP vuelve a presentar otra reforma laboral partiendo, otra vez, de un análisis erróneo.

Porque no es la rigidez laboral la que ha provocado la brutal destrucción de empleo, sino el desmoronamiento de un modelo de crecimiento especulativo e insostenible. De los 2,7 millones de empleos que se perdieron, 1,3 millones estaban en la construcción. Si tenemos en cuenta el efecto arrastre en la industria y los servicios, no es exagerado decir que 6 de cada 10 puestos de trabajo perdidos son consecuencia directa del desplome de la burbuja inmobiliaria, no de nuestro marco laboral.

No es cierto que el mercado laboral español sea rígido. Desde el 2008 se han registrado en España más de 55 millones de contratos. Un enorme flujo. Eso sí, el 95 % son contratos temporales.

Es falso que en España sea difícil y caro despedir a los trabajadores. En el 2008 y el 2009, últimos años con datos, 9.690.858 personas rompieron la relación laboral con su empresa. La gran mayoría, 7.524.496, fueron no renovaciones de contratos, pero 2.166.362 personas fueron despedidas a través de las diferentes fórmulas legales.

La enorme, casi disparatada, flexibilidad para ser contratado y despedido contrasta con la nula aplicación de mecanismos de flexibilidad en el interior de las empresas. Porque en el 2008 y el 2009 en toda España solo 23.267 trabajadores estuvieron sometidos a un ERE de reducción de jornada, la mejor fórmula para enfrentarse a la caída de la actividad.

¿Por qué sucede esto? Porque en España la precariedad laboral es tan alta, hay tantos trabajadores con una relación frágil con sus empresas que en demasiados casos estas prefieren deshacerse de gran parte de su plantilla, de forma automática y casi sin costes, que complicarse en negociar medidas de flexibilidad interna. Esto es, el despido como fórmula de gestión. Un modelo malo y además muy caro, que se financia con recursos públicos. En los últimos años le hemos dado a las empresas decenas de miles de millones de euros en subvenciones que no han servido para nada.

Por último tampoco es cierto que una supuesta rigidez de la negociación colectiva haya provocado un aumento insostenible de los salarios. Con los datos oficiales de la Agencia Tributaria sabemos que el salario medio en España es de 1.365 euros brutos al mes en catorce pagas, pero que 7.842.299 asalariados cobran una nómina que no llega a los 850 euros netos al mes. Estas son cosas que hay que saber antes de meterse a reformar.