«Al límite»

H. J. P. redacción / la voz

CULTURA

22 dic 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

La última novela de Pynchon demuestra su estado de gracia, su perfecta juventud mental a los 77 años. Es el mismo Pynchon de siempre, si acaso, como reseña el profesor José Liste, que hizo su tesis sobre la presencia de lo fantástico en la obra del autor de El arco iris de gravedad -su novela preferida-, se muestra más lineal en su relato, más cronológico. Es una tendencia que Liste ya había detectado en el libro anterior: Vicio propio (publicado en EE.UU. en el 2009). Y en ambas, anota, pesa especialmente el recurso al género detectivesco, a la investigación como motor fundamental de la narración. Pynchon sigue empleando la comedia para tratar un asunto absolutamente serio, llevando las cosas hasta lo grotesco, los acontecimientos en el borde de lo absurdo, para narrar algo cuyo sustento real irá incluso más allá. El escenario descabellado que dibuja -Nueva York en medio de la psicosis del estallido de la burbuja de las puntocoms y los atentados del 11-S- es una metáfora clara de la realidad, cuando no la realidad misma, y coloca a Estados Unidos ante sus miedos, sus paranoias, sus fantasmas, sus enemigos inventados, en el exterior y en el interior... Entre la sátira, la parodia, la intriga criminal, económica y política, surgen sus héroes, gente corriente -en la práctica, un ama de casa metida a investigadora en un caso que la supera- que, sin un triste yelmo, la emprende contra el mal con un valor auténticamente quijotesco. Toda una aventura.