«La soledad de los perdidos»

X. F. redacción / la voz

CULTURA

22 nov 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Luis Mateo Díez (Villablino, León, 1942) ha construido el personalísimo universo literario de Celama en obras tan singulares como La ruina del cielo o El espíritu del páramo. Ahora pone fin a este ciclo literario con La soledad de los perdidos, un tomo protagonizado por un maestro, Ambrosio Leda, que ha pasado quince años oculto al tener conocimiento de que un expediente de depuración lleva su nombre. De esta forma, el autor construye una metáfora de una tragedia colectiva, la Guerra Civil, pero a través de la experiencia individual: esa soledad a la que alude el título de la obra. Como en otros libros de Luis Mateo Díez, La soledad de los perdidos se mueve en ese territorio neblinoso e incierto que difumina las fronteras entre lo real y lo onírico, donde lo soñado y lo vivido se entremezclan gracias a la prosa precisa pero también evocadora del escritor. La historia se desarrolla en torno a la ciudad de Balma y unos personajes que encarnan la derrota, como también lo hicieron los de una de sus novelas más celebradas, La fuente de la edad. Como en aquella, también en este libro late el espíritu de la tragicomedia, ya que el humorismo es uno de los recursos con los que los condenados por el destino tratan de paliar su triste sino.

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