Javier Gutiérrez: «Soy un actor del método, pero no soy demasiado metódico»

Xesús Fraga
xesús fraga REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

El personaje de Gutiérrez emprende en la película un viaje de redención.
El personaje de Gutiérrez emprende en la película un viaje de redención. julio vergne< / span>

El intérprete ferrolano ganó la Concha de Plata en el Festival de San Sebastián con su papel de policía violento que investiga una desaparición

01 oct 2014 . Actualizado a las 10:48 h.

Policía, con pasado de espía y experto en torturas. Discreto, pero violento y vividor. Carga con el recuerdo de varios muertos. Es Juan, el personaje por cuya interpretación el actor ferrolano Javier Gutiérrez acaba de ganar la Concha de Plata en el Festival de San Sebastián, y que comparte protagonismo con Raúl Arévalo, la otra mitad del tándem policial que debe investigar la desaparición de dos chicas adolescentes en La isla mínima, dirigida por Alberto Rodríguez. Gutiérrez tenía «fe ciega» en la calidad del filme, que ya ha sumado elogios de público y crítica, pero admite que el premio no se lo esperaba, ya que podría haber ido a parar desde a Pepe Sacristán hasta a James Gandolfini.

-Un personaje, el suyo, difícil y complejo pero que le ha dado su recompensa.

-Llevaba preparándome mucho tiempo. He hecho muchas cosas en cine, teatro y televisión, con mejores o peores trabajos. Me estaba preparando para un papel como este y cuando leí el guion lo tuve claro. A veces puedes tener miedo a no estarlo, a no dar la talla, pero sabía que ahora era el momento.

-«La isla mínima» está ambientada en 1980. ¿Eran conscientes de las cosas que han cambiado y las que han seguido más o menos igual?

-La película no es solo un thriller policíaco, sino que cuenta cosas sobre ese telón de fondo que es la década de los ochenta. Muchas cosas han cambiado y otras no. En aquella época uno de los periódicos más leídos era un semanario de sucesos, El Caso. En esta época de telebasura los crímenes se han convertido en un auténtico espectáculo. Uno de los grandes aciertos de la película es que trata estos temas con mucha sensibilidad.

-Su policía arrastra un pasado turbio. ¿Cómo hace un actor para incorporar toda esa biografía del personaje al presente de la película?

-Uno de nuestros objetivos, tanto de Alberto como mío, era humanizar el personaje, que no fuese ni un cliché ni de cartón piedra. O un malo malísimo. Desde esa humanidad había que lograr que el espectador empatizase con él, llegando incluso a engañarlo. Pero, aun a pesar de su pasado, para él esta historia es un viaje de redención: cuando sale no es el mismo que cuando llegó.

-Además de ese esfuerzo de interpretación, el rodaje en sí también fue muy duro físicamente...

-Fue muy exigente, ya antes del rodaje. Ensayamos todo un mes, porque Alberto es muy concienzudo con ese proceso y quería que los actores llegásemos al set de rodaje con las secuencias muy claras. El personaje fue muy exigente psicológicamente. Yo siempre digo que soy un actor que viene del método, pero no soy demasiado metódico. Fui discípulo de Ángel Gutiérrez, un niño de la guerra que vivió en Rusia y fue alumno de Stanislavski. No me llevo los personajes a casa, pero este fue una excepción. Uno pasa por las películas y no las películas por uno, pero en este caso se quedó muy dentro.

-Habrá ayudado también la química con su compañero de reparto, Raúl Arévalo.

-A Raúl lo conocía desde hace mucho tiempo pero no había trabajado con él. Creo que es el mejor actor de su generación, que toca todos los palos y se ha ganado el favor del público y de la crítica. Confío en que después de esta Concha de Plata lleguen otros premios para él y para el resto del equipo, porque se lo merecen.

-En ese reparto también figura la actriz gallega Nerea Barros, cuyo personaje además nació en Ferrol. ¿Qué le pareció la coincidencia?

-Fue una coincidencia muy graciosa, hasta no sé si sería un homenaje [ríe]. Sí, fue todo un detalle en el guion. Nerea también ha hecho un trabajo espléndido y sé que a partir de esta película va a volar muy, muy alto.

-Y ahora rueda con Luís Tosar en «El desconocido»...

-Sí, hoy mismo [por ayer] terminamos el rodaje. Ha sido una experiencia muy gratificante y creo que es una película que va a sorprender a todos. Y Tosar, nuestro actor gallego más universal, sigue en un auténtico estado de gracia.