La capital del Bósforo es algo más que un telón de fondo en este relato -urbano- de Ahmet Hamdi Tanpinar
29 sep 2014 . Actualizado a las 05:00 h.Es difícil, desde aquí, comprender la entidad de un libro como Paz, un texto fundacional en la modernidad literaria de Turquía, y ya un gran clásico. No es extraño, por tanto, que el Nobel de literatura Orhan Pamuk reivindique la importancia de esta novela de Ahmet Hamdi Tanpinar (Estambul, 1901-1962) en la cultura de su país y en su propia obra -tampoco que compartan en Rafael Carpintero a un excelente traductor-. Máxime si se comprende que la capital del Bósforo es algo más que un telón de fondo en este relato -urbano-, un personaje más, Estambul, enclave donde confluyen Oriente y Occidente y que además es fundamental en el imaginario de Pamuk. Pero es que en el vibrante Estambul -agitado por los choques entre la modernidad occidental y la tradición heredada, entre lo laico y lo religioso- retrata Tanpinar, de alguna forma, a Turquía toda, en el tránsito del fin del siglo XIX hacia la primera mitad del siglo XX, a las puertas de la Segunda Guerra Mundial. El mundo de entreguerras es aquí el anuncio convulso de un tiempo que se extingue, del que da cuenta Tanpinar con su poderosa narrativa tamizada sutilmente de poesía y de música.