Fallece en Madrid el actor Daniel Dicenta, protagonista de «El crimen de Cuenca»

Europa Press

CULTURA

El exmarido de Lola Herrera ha sido encontrado sin vida en la habitación del hostal en el que residía

02 sep 2014 . Actualizado a las 18:19 h.

El actor valenciano Daniel Dicenta Silva ha fallecido este martes a los 76 años, según ha informado Artistas Intérpretes Sociedad de Gestión (AISGE), que gestiona los derechos de propiedad intelectual de actores, dobladores, bailarines y directores de escena.

Dicenta, nieto del dramaturgo Joaquín Dicenta, hijo del actor Manuel Dicenta, hermanastro del también actor Jacobo Dicenta y padre de la actriz Natalia Dicenta, nació en Valencia el 6 de noviembre de 1937 y desarrolló su carrera interpretativa en el teatro y en el cine.

En especial, destaca su papel de Gregorio Valerio Contreras en la película El crimen de Cuenca (1980), de Pilar Miró, junto a José Manuel Cervino, Héctor Alterio y Amparo Soler Leal.

Fue marido de la también actriz Lola Herrera, con la que tuvo dos hijos: la actriz y cantante Natalia Dicenta y el fotógrafo Daniel Dicenta Herrera.

En el último tramo de su trayectoria profesional, Dicenta Silva, se dedicó al doblaje y puso voz en castellano a artistas como Robert Englund en diversas entregas de Pesadilla en Elm Street o a Peter Stormare en Fargo, de los hermanos Coen.

Dicenta ha sido encontrado sin vida en su habitación a las 11.30 horas de este martes y los servicios de emergencia, que acudieron a los pocos minutos, solo pudieron certificar el fallecimiento del actor.

Debutó en el cine en 1963 de la mano de José Luis Sáenz de Heredia, con el que rodó La verbena de La Paloma. También formó parte de los elencos de Fortunata y Jacinta (Angelino Fons, 1970), La muerte de Mikel (Imanol Uribe, 1984) o El pájaro de la felicidad.

En el teatro, participó en docenas de Novela y Estudio 1 para Televisión Española y llevó a las tablas títulos como El baúl de los disfraces, de Jaime Salom (1964); Yerma, de Federico García Lorca (1971); Delirio del amor hostil, de Francisco Nieva (1978); Los domingos, bacanal (1980), de Fernando Fernán Gómez; Juan José, de su abuelo Joaquín Dicenta, en 1980; Seis personajes en busca de autor (Pirandello, 1982) o La señorita de Tacna, de Mario Vargas Llosa, ese mismo año.