La iglesia de Palio, un tesoro prerrománico entre ortigas

Cristóbal Ramírez

CULTURA

miguel souto

El único ejemplar de este estilo arquitectónico de la comarca del Deza sigue esperando un acuerdo entre Xunta, obispado y concello. La alternativa es venirse abajo para siempre

03 ago 2014 . Actualizado a las 16:17 h.

Pocos lugares abandonados de la mano del hombre pueden presumir de haber suscitado la atención de este periódico como el castro de Baroña, en Porto do Son (declarado Bien de Interés Cultural tras múltiples denuncias e informaciones que alguna vez se estudiarán en las facultades de Periodismo) y la humilde iglesia de Palio, en Lalín que cuenta en su curriculum con ser nada menos que prerrománica. La única de toda la comarca del Deza que es clasificada por derecho propio en ese período histórico.

Se llega por la circunvalación de Lalín y, en una de las rotondas, por la carretera, bien señalizada, a Brántegas. El asfalto es aceptablemente ancho y del paisaje -llano con una sierra de eólicos allá al fondo- emana un toque inglés. No tardan en aparecer los pinos sustituyendo a árboles autóctonos más nobles, e incluso en el corto viaje de una decena de kilómetros solo se ve un eucalipto; eso sí, viejo, alto y de gran porte. Buenas casas, prácticamente todas de reciente factura, pero las de hace un siglo no les iban a la zaga, por lo que se ve. Zona rica, por tanto, de tierras fértiles que siguen produciendo, aunque los que atienden a misa en la parroquial de Rodís peinan canas desde tiempo ha.

Y así aparece un desvío a la diestra a Palio de Arriba y Palio de Abaixo, que no hay que tomar. La siguiente pista a la misma mano es la idónea. Marca «Santabaia», y en 300 metros pone al viajero en una pequeña aldea con, otra vez, buenas casas. Y una, excepcional, a la izquierda... pero totalmente abandonada.

La iglesia de Palio, incluida en la Lista Roja de Hispania Nostra, no se ve, pero el visitante tiene que estar atento. Al divisar un portón muy original ornamentado con dibujos geométrico debe detenerse. El templo es el edificio que queda justo a su derecha, identificado con el número 8. ¿Y por qué no se ha dado cuenta uno antes? Pues porque esas paredes rodeadas de un campo de ortigas -no hay culto, nadie pasa, nadie pisa- a su vez cerrado por un notable muro tradicional se cobijan desde el año 2002 bajo una gran e irregular cubierta de uralita llamada popularmente «o sombreiro», que no valió de mucho porque el agua de la lluvia ha seguido filtrándose si bien es cierto que sin aquella ahora todo sería puro cascote.

Es para quedarse impertérrito en el lugar. A la mente del cronista viene toda la documentación antes de arrancar, incluyendo ya una noticia de hace 12 años en la cual se informaba de que la Fundación para o Desenvolvemento da Comarca de Deza quería implicarse en la recuperación de ese templo con una sola nave y con ábside rectangular. Todo está en las hemerotecas, realmente.

Con mal sabor de boca y atisbos de pasajera depresión, no es mala idea en el camino de vuelta desviarse a la diestra para ver la iglesia de San Xoán, señalizado Bermés y Palmou. Un templo en buenas condiciones con un interior muy cuidado y unos canecillos preciosos, pero hasta el que no ha llegado la Ley de la Memoria Histórica y se empeña en recordar -enorme placa en el tímpano lateral- un conflicto que nadie en España quiere tener ya presente.

La imagen de la iglesia de Palio vuelve a coger fuerza. El obispado de Lugo -cuyos fondos, cierto, son notoriamente insuficientes para atender a tanto patrimonio como tiene- aseguraba el 31 de mayo que desconocía la situación, y no ocultaba su ilusión por volver a celebrar culto de vez en cuando si se arreglaba el edificio. Cuatro días después reaccionaba y aseguraba que trasladaría cuanto antes la preocupación a la Xunta. En estos momentos aseguró que hay contactos informales con el Gobierno autonómico y con el Ayuntamiento. La pregunta es: ¿qué estará haciendo la Dirección Xeral de Patrimonio? Un portavoz oficial del Ayuntamiento de Lalín tiene la respuesta, insistiendo en lo que hace dos meses declaraba su concejal de Urbanismo: «Xa en 1995 nós tiñamos un proxecto de reparación de cuberta a través dun obradoiro de emprego. Patrimonio negouse. Bloqueo imposibilitante». Se puede decir más alto, pero no más claro.

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