Reloj de cuerda

Rubén Peña Fernández

CULTURA

02 ago 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

No fuma, no bebe, nunca se ha drogado. Sacaba buenas notas. Es buen hijo, buen hermano. También buen padre y buen esposo. Siempre fiel. Es buen amigo, siempre ahí, para lo que quieras.

Acostumbra a trabajar con factura, con su IVA y su garantía. Suele redondear a favor del cliente. Si te dice que lo puede tener tal día, lo tiene. Si no lo puede tener, te lo comunica franco y sin medias tintas. Recicla. Conduce un coche humilde con seguro a todo riesgo. Le gustan los relojes de cuerda antiguos, como el que le regaló su tío en la primera comunión y que lleva puesto los sábados. Su único vicio es el café; le encanta comprarlo en grano, molerlo y deleitarse con el aroma.

Tiene la ironía propia de su tierra y sabe como usarla, sabe dónde están los límites. Puedes intuir que madruga. Afeitado a navaja, la radio de fondo. Cada septiembre le envía una carta certificada a su teniente de la mili. Y si es fina tu intuición, no te costará verlo bailar un tango, aferrado a Margarita, en la época en la que los hombres bailaban agarrando a las mujeres por las manos y la mirada. Camina una hora tres veces por semana. Bien de colesterol. Bien de azúcar. Bien.

Por todo ello, acojónate, porque le acabas de tocar lo que nunca le deberías haber tocado. No ha gritado ni blasfemado y no lo hará, tú aún no le conoces. Viene hacia aquí. Solo te digo y te repito: acojónate.

Rubén Peña Fernández (A Coruña, 26 años) es licenciado en Náutica.