Pez de oro

Gustavo Carracedo Docampo

PONTEVEDRA CIUDAD

02 ago 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Sí, ahora si me doy cuenta de lo que es el ser humano. En este mismo momento, aquí en el suelo recuerdo aquellos minutos, en como la mente nos lleva a situaciones anteriores grabadas a fuego. Un día soleado del mes de mayo, en una pequeña aldea, con casas de piedra y tejados con tejas de antaño llenas de musgo. Una familia se concentraba en las cuadras donde tenían el ganado. Hoy sacrificarán un ternero.

-Juan, tráeme la maza que está en la caja de herramientas -le dijo Antonio a su hijo. Este se marchó corriendo al garaje y abrió la gran caja de herramientas y cogió la maza. «Toma, papá» le dijo Juan. Antonio, cogiendo con la mano izquierda la cuerda que mantenía amarrado el ternero y con la derecha la maza, alzó esta y con gesto de enorme fuerza, golpeó la cabeza del pobre animal, dejándolo inconsciente y tirado en el suelo. Hoy, de rodillas, en una casa en obras, con los labios hinchados y frente a mí, mi hermano, en estado de furia desatada, alzando una maza con mango de madera y en mi mente solo una imagen.

Gustavo Carracedo Docampo (Pontevedra, 29 años) es soldador.