Alertan de la destrucción de las villas históricas de la costa gallega

Patricia Calveiro Iglesias
P. Calveiro SANTIAGO / LA VOZ

CULTURA

M. MARRAS

Expertos analizan en un seminario en Santiago las causas y posibles soluciones

01 jul 2014 . Actualizado a las 21:28 h.

El crecimiento urbanístico, una explotación turística desorbitada o la paralización, en muchos casos, de los apoyos financieros son algunas de las causas que están minando el valor patrimonial de gran parte de los conjuntos históricos de la costa gallega. Así lo han puesto de manifiesto varios expertos que trabajan desde hace años en su protección y que estos días participan en un seminario en el Consello da Cultura Galega que aborda el estado de la cuestión a partir de cuatro casos relevantes como son los de Combarro (Poio), Cambados, Muros y Rinlo (Ribadeo).

«Existe un problema técnico, paisaxístico e arquitectónico», señala Iago Seara, coordinador de las jornadas. «Unha vez declarados conxuntos históricos e feitos os planeamentos especiais de protección, os espazos foron evolucionando, ben pola presión do turismo ou da especulación, e alteráronse as relacións tradicionais coa ría. Ás veces, outras cousas como equipamentos deportivos ou ampliacións de portos foron rompendo as características que motivaron a súa declaración como conxunto histórico, coa conseguinte perda da riqueza material e do patrimonio cultural», explica el arquitecto ourensano. Seara se suma a las voces que hoy cuestionan la eficacia de los instrumentos que existen para garantizar la conservación de dichas villas costeras.

El proceso de calificación de conjuntos históricos comenzó en Galicia en los años setenta en villas como Baiona, Muros y Combarro; sin embargo, los planes de protección no se pusieron en marcha hasta dos décadas después, y su aprobación llegó, en muchos casos, en este mismo siglo. Con todo, «que teñas un plan especial que impoña un tipo de construción, a restauración ou rehabilitación, non quere dicir que quede garantizada a conservación do conxunto histórico», asegura el segundo de los coordinadores del seminario, Rafael Vallejo. Este especialista en Historia del Turismo sostiene que, en efecto, no lo hacen. «Aí está o caso de Combarro, onde estamos esnaquizando o noso capital cultural. Nun rápido proceso de 20 ou 25 anos estamos destruíndo algo que se decantou durante centos de anos», indica. «Algo está sendo superior, desbordando, á propia xestión municipal e ás ferramentas de conservación», continúa Vallejo, quien cree necesario implantar una gestión muy cualificada para estos espacios, capaz de involucrar a todos los agentes implicados.

La falta de coordinación entre la Administración, los técnicos responsables y los propios vecinos es para Javier Montero Pérez, técnico municipal del área de rehabilitación integral de Cambados, el principal problema para poder afrontar el reto que hoy se plantea en el choque entre los usos modernos y la conservación. «Actualmente prima una visión conservacionista, para bien, pero nadie -objeta- quiere vivir en una ciudad de los años veinte».

Seara y Vallejo insisten, además, en la pérdida de integridad que se está produciendo en los entornos de estas villas costeras, en donde se actúa con total impunidad y, en muchos casos, «con moi pouca consideración».