Galicia redescubre a su olvidada gran compositora del siglo XIX

Xesús Fraga
xesús fraga REDACCIÓN / LA VOZ

CULTURA

Un concierto recupera la figura de la compostelana Eugenia Osterberger

12 jun 2014 . Actualizado a las 18:19 h.

Compositora y pianista, Eugenia Osterberger, nacida en Santiago en 1852, fue una figura relevante en el panorama musical y cultural de la Galicia del último tercio del siglo XIX. Instalada en A Coruña, y bajo el nombre de Mme. Saunier, apellido que tomó de su marido, firmó partituras que publicaba Canuto Barea, pero que también se imprimían en Madrid y París. Se relacionaba con Emilia Pardo Bazán, con la Sociedad del Folk Lore Gallego, con la comisión que promovió la creación de la Real Academia Galega, de la que llegó a ser miembro correspondiente. En 1907 se mudó a la Costa Azul francesa, donde se le pierde la pista y Osterberger y Saunier caen en el olvido.

Hasta que reclaman la atención de alguien, más de cien años después. Fue el caso de la investigadora Rosario Martínez, que se topó con el nombre de la compositora por casualidad en un artículo sobre Sofía Casanova. La curiosidad se convirtió en fascinación, motor de unas pesquisas que han reconstruido la vida de Osterberger y han sacado a la luz catorce de sus obras, analizadas y estudiadas por la musicóloga Beatriz López-Suevos. Ambas estudiosas proponen hoy (CGAC, 19 horas) un acercamiento biográfico y musical a la autora, en el que se escucharán algunas piezas en la voz de la soprano Susana de Lorenzo, acompañada al piano por López-Suevos.

Para Rosario Martínez, la música de Osterberger «está a la misma altura que la de los compositores varones de su tiempo, como Baldomir o Chané». Al igual que ellos, sus planteamientos arrancan de la reivindicación y recuperación de una cultura propia, pero en diálogo con las corrientes europeas coetáneas. «Recuperan lo autóctono, lo nuestro, pero imbricado en una cultura que emana del Romanticismo», resume la investigadora.

El programa previsto para hoy es ejemplo de ello, al reunir melodías basadas en el cancionero popular de José Pérez Ballesteros o inspiradas en poemas de Carlos Vaamonde Lores, entre otros, pero también piezas marcadas por la influencia italiana de arias de ópera y de autores como Tosti. Osterberger escribía para piano solo y canciones de concierto, para voz y este instrumento.

Para Rosario Martínez, el rescate de una figura como la de Osterberger no solo trae al presente a «una compositora de gran calidad», sino que también ayuda a romper la visión estereotipada de que las mujeres no formaban parte de la vida cultural de la Galicia del XIX. «Participaban mucho más de lo que creemos», apunta. Aunque, eso sí, enfrentándose a numerosos prejuicios por su condición femenina.