Antonio del Moral: «El error del festival fue dejar de hacer programas de Mozart»

Rodri García A CORUÑA / LA VOZ

CULTURA

El fundador del certamen lo dejó por no poder profesionalizarlo

10 may 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

«El festival Mozart de Madrid lo organizó la revista Scherzo, se montó como una cosa muy modesta con dos operitas y un concierto en el año 1988 y fue creciendo de tal modo que al final de sus diez años en Madrid consiguió ofrecer las 22 óperas de Mozart». Antonio del Moral Rubio (Puebla de Almenara-Cuenca, 1956) evoca el inicio de una cita que ahora desaparece y de la que fue director diez años en Madrid y cinco en A Coruña. Desde el Centro Nacional de Difusión Musical, que dirige desde el 2010, Del Moral considera que «el error estuvo en querer que el Festival Mozart fuera otra cosa que no podía ser, le hicieron perder la identidad que tenía cuando decidieron dejar de programar obras de Mozart y sus contemporáneos».

-¿Por qué comienza el festival?

-La filosofía era que desde una revista de música se pudiera hacer un festival en la época en la que decaía la actividad musical en Madrid porque las orquestas terminaban su temporada en mayo, así que en junio y julio no había nada. Nosotros poníamos la organización, las instituciones los teatros y auditorios que tenían con un uso muy bajo, y el déficit entre la venta de entradas y los costes los subvencionaba la Fundación Cajamadrid. Los ingresos de taquilla soportaban el 70?% del presupuesto. El festival murió de éxito...

-¿Por qué?

-El festival fue creciendo, se fue engrandeciendo y, paralelamente, se fueron acrecentando los problemas por el control. Hubo un momento en el que lo quería controlar el Ministerio, la Comunidad... Y dijimos que no podía pasar a ninguna de las instituciones, que solo se podía hacer como se había iniciado.

-¿Por eso se vino a A Coruña?

-No. Se me hincharon las narices y no seguí. Los políticos querían controlarlo y yo me negué. Entre todos lo mataron y él se murió... El festival tuvo una ocupación del 97?% en los diez años y el público lo financiaba con el 70?%. En esas circunstancias desaparece. Enrique Rojas le cuenta la historia a Paco Vázquez y me llama. Porque la idea fue de Enrique. Me propusieron trasladar la idea del Festival Mozart a A Coruña, pero el problema era que no había un palacio de ópera, no había sitio.

-¿Y cuál fue la solución?

-El primer año solo se hizo ópera en concierto y conciertos. El alcalde me dijo que programara ópera para el año siguiente, que tendría el teatro. Me parecía imposible. Había programado El barbero de Sevilla y me acuerdo que llegaron los diez camiones, que salieron en La Voz en una foto, que traían la producción y cuando llegó el director técnico todavía no había suelo en el escenario. Pero se inauguró con El barbero de Sevilla, dirigida por Alberto Zedda, con la Orquesta, con el Coro... Y fue un éxito inenarrable.

-Un buen arranque, ¿no?

-Empezamos a hacer una media de cinco óperas con nuevas producciones. Lo que hicimos fue hacer no solo Mozart, sino sus influencias. Siempre había un par de óperas de Mozart, una seria y otra de las bufas. Nació con la idea de que A Coruña tuviera un festival aprovechando la Orquesta Sinfónica, que era excepcional y sigue siendo, sin duda, la mejor de España. Decidimos hacerlo los fines de semana para que fuera un revulsivo turístico.

-¿Y funcionó como tal?

-Si, entre un 30 y un 40?% del público venía de fuera, con gente de Barcelona, mucha gente de Madrid, de Oviedo, de León. El festival fue ascendente, con el mismo presupuesto, con 200 millones de pesetas de Caixa Galicia, 1,2 millones de euros. El festival costaba lo que costaba gracias a que teníamos una Orquesta. Fue creciendo, hicimos coproducciones con el Liceo de Barcelona. Creamos un equipo de gente que fuimos formando e hicimos óperas muy complicadas. La taquilla fue creciendo y la máxima fue en el 2001, el último año mío, con casi 600.000 euros, cuando el presupuesto era de 1,9 millones de euros.

-¿Por qué se marchó?

-Por una serie de desavenencias. Quería profesionalizar el festival. Teníamos muchos problemas con el Palacio de la Opera porque nos plantaban congresos en medio del festival. Tuvimos que alquilar un sitio en el Fórum para ensayar diez o doce días El turco en Italia porque había dos mil médicos en un congreso en el Palacio. Me cabreé mucho y dije que o hacíamos congresos o hacíamos ópera y lo dejé. Fue una época muy bonita, con una orquesta extraordinaria, con un entusiasmo impresionante, con la ciudad volcada, con artistas que se brindaron a venir a A Coruña y gracias al apoyo de Paco Vázquez y de José Luis Méndez Romeu, que fue el artífice de que este festival llegara a ser lo que fue. Y a partir de ahí se quedó una dirección tripartita con Alberto Zedda, Patrick Alfaya y Víctor Pablo Pérez. Fue el principio de los problemas porque cada uno tenía una visión. Un festival tiene que dirigirlo una persona, aunque se equivoque.

-¿Es posible distribuir un festival en una temporada?

-Un festival es una fiesta, un resumen de la temporada. Salzburgo tiene su programación durante el año, pero luego está el festival... Siento mucho que desaparezca el Festival Mozart.