León Tolstói, el eremita de Yásnaya Poliana

CULTURA

16 mar 2013 . Actualizado a las 15:54 h.

Lev Tolstói (1828-1910) escribió dos de los títulos cruciales de la narrativa occidental. Aunque solo hubiese hecho eso, dar a luz las monumentales novelas Anna Karenina y Guerra y paz, ya tendría un hueco reservado para siempre en ese convulso canon que Harold Bloom y otros gurús de la crítica literaria tallan a golpe de sesudo ensayo.

Pero Tolstói no se agota en esos dos relatos inagotables, que son clásicos porque jamás acaban de contarnos su historia y porque retratan al ser humano en sus múltiples dimensiones, del conflicto moral al afán de destrucción y de la voluntad de poder al combustible del amor total.

Tolstói leyó con devoción Desobediencia civil, de Thoreau, y comulgó con sus tesis libertarias y ecologistas y se hizo vegetariano y pacifista. Llevó su cristianismo hasta las fronteras del anarquismo y propuso la abolición de la propiedad privada, lo que desembocó en su excomunión. Murió donde nació, en la granja de Yásnaya Poliana, convertido en un eremita.