Oscars 2013: ¿Los Oscars o los Grammy?

Daniel García Marco DPA

CULTURA

MICHAEL YADA

Michelle Obama sorprende en una gala marcada por los números musicales

25 feb 2013 . Actualizado a las 19:28 h.

La evidente conexión que había este año entre las grandes películas de Hollywood y la política de Washington se hizo patente hoy con la aparición por sorpresa desde la Casa Blanca de Michelle Obama, primera dama de Estados Unidos y estrella principal de una gala de los Oscar muy musical.

La esposa de Barack Obama hizo pareja desde la distancia con el actor Jack Nicholson, quien desde el escenario del Dolby Theater dio paso a la pantalla desde la que la primera dama anunció a Argo como mejor película.

Muchos quizás pensaron que se trataba de una broma de las muchas que salpicaron tres horas y 35 minutos de espectáculo que por momentos recordó más a los Grammys por sus múltiples números musicales. Se cantó y bailó mucho, empezando por el presentador, Seth MacFarlane, que mostró todo su repertorio de bromas ácidas y el multitalento que se esconde detrás del creador de la irreverente serie Padre de Familia y de la también políticamente incorrecta película Ted.

MacFarlane no hizo bromas sobre Michelle Obama. Fue de las pocas que se escapó. Lo «sufrieron», entre otros, Rihanna y Chris Brown, los judíos y los actores de acento latino como los españoles Javier Bardem o Penélope Cruz: «No sabemos lo que dicen, pero no nos importa porque son muy atractivos». El maestro de ceremonias inicio la gala cantando y bailando y haciendo bailar también a Charlize Theron y a Harry Potter. Destacó la canción en la que narraba en qué películas habían mostrado los pechos las principales actrices de Hollywood.

No hubo pechos, pero el vestido de Anne Hathaway, Oscar por mejor actriz secundaria por su actuación en Los Miserables, acaparó la atención en la alfombra roja. Incluso se creó enseguida una cuenta de twitter @AnneHathawayNipples (Pezones de Anne Hathaway). Fue precisamente el vestido el que hizo tropezar a Jeniffer Lawrence al ir a recibir su premio a mejor actriz. La que se cayó antes fue Kristin Stewart, que además de recibir el premio Razzie a peor intérprete en una gala paralela por su actuación en la última película de la saga «Twilight», pisó un cristal y se daño un pie. Acudió a los Oscars con muletas , pero salió al escenario sin ellos y cojeando sin disimulo a entregar un galardón. Muchos pensaron que su peinado también fue un accidente.

Shirley Bassey cantó Goldfinger en el homenaje a los 50 años de la saga del espía James Bond, y para celebrarlo, la británica Adele ganó el Oscar por la canción de la última entrega, Skyfall, que tambien exhibió en directo. El reparto completo de Los Miserables cantó en el homenaje a los musicales, en el que Catherine Zeta-Jones revivió uno de los temas de Chicago. Y Barbra Streisand rindió tributo al músico Marvin Hamlisch reapareciendo y cantando la emotiva Memories.

Mucha música para hacer amena una gala en la que los premiados tenían 45 segundos para los agradecimientos. En un caso hasta incluso se disparó la famosa melodía de Tiburón para apremiar a los galardonados a que abandonaran pronto el escenario. Más tiempo tuvieron los ganadores principales, como Daniel Day-Lewis, que ganó el Oscar menos sorprendente (a mejor actor) e hizo quizás la broma más divertida de la noche, quizás por inesperada: «En realidad yo iba a interpretar a Margaret Thatcher y Meryl (Streep) era la primera opción de Steven (Spielberg) para Lincoln».

Y en una gala que iba a ser una más apareció al final Michelle Obama para convertirse mañana en el gran tema tras la resaca, incluso por delante del polémico premio a mejor director para Ang Lee por La vida de Pi. Hollywood siempre fue un bastión demócrata y especialmente pro Obama y hoy la familia presidencial devolvió el apoyo. La primera dama aprovechó el elogio a las nueve películas nominadas para lanzar un discurso de inspiración como acostumbra su esposo. «A través del cine, nuestros hijos aprenden a abrir su imaginación, a soñar un poco más en grande y a luchar cada día por conseguir esos sueños», afirmó sobre las bondades de Hollywood, meca del cine y hoy también de la música.