Cristina Pato enamora a Nueva York

Victoria Toro NUEVA YORK / CORRESPONSAL

CULTURA

Pato actuó en Nueva York ante un público entregado.
Pato actuó en Nueva York ante un público entregado. xan padrón< / span>

La gallega presentó su nuevo disco, «Migrations» («Migraciones») en un club neoyorquino

17 ene 2013 . Actualizado a las 12:07 h.

Galicia en el escenario, en el ritmo, en los instrumentos, en los músicos. Eso era el Jazz Standard, uno de los clubes de jazz más conocidos de Nueva York, la noche del martes. Y es que el escenario lo ocupaba Cristina Pato. La gaiteira que revolucionó el mundo de la gaita también es capaz de revolucionar unas tablas con tanto prestigio. Primero, con sus palabras. En un segundo, Cristina se mete al público en el bolsillo: «¿Quiénes de vosotros sois neoyorquinos?», pregunta la de Ourense al público que abarrota el local, y a continuación, después de que la inmensa mayoría levantara las manos: «Pero, ¿quiénes habéis nacido en Nueva York?».

Eso es su nuevo disco, Migrations (Migraciones, en español) que la música gallega presentaba en el en el club neoyorquino. «El concepto de la migración es el que mejor representa todo lo que me fue pasando en estos siete u ocho años que llevo en Nueva York, -decía Cristina Pato para La Voz poco antes del concierto-. Y el disco es también eso, bebe mucho del jazz pero sin perder la raíz».

Y si Pato es capaz de revolucionar con sus palabras, cuando hace música, la emoción entre el público es indudable. No solo la gaita, que sin dudas es la que levantó los mayores aplausos, también el piano, la flauta, el pandero? Cristina Pato hizo un alarde de maestría musical, la misma que hace en su disco.

Como ella explicaba, en el disco y, claro, en el concierto, había jazz, pero había también mucha Galicia. Aires de muñeira interpretados por ella junto a otro gallego, el acordeonista Víctor Prieto. Una lección magistral de cómo se toca el pandero. Y, siempre, gaita. Cuando Cristina Pato coge la gaita, la sala aguanta la respiración. Y ella que toca con todo su cuerpo consigue que sigan casi sin respirar hasta los aplausos, enormes.

Un público entregado y una ciudad entregada. Esa misma mañana The New York Times le había dedicado una elogiosa crítica a su disco; en ella le agradecía su vulnerabilidad y recorría la maestría de Pato con la gaita y el proceso que ha seguido su carrera junto a músicos de la talla del chelista Yo-Yo Ma o Emilio Solla, junto al que en el concierto interpretó un tango; con gaita, eso sí.